El Atlético golpea y el Rayo solo amenaza

El Atlético jugó como un equipo pequeño ante un Rayo con mucha más grandeza en su propuesta, pero ganó porque la diferencia de pegada entre ambos equipos es enorme. Los de Sandoval pusieron el fútbol y el dominio, y los de Manzano los goles y los contragolpes. Gabi y el reaparecido Falcao certificaron la victoria con un tanto en cada tiempo, precisamente cuando los vallecanos parecían más cerca de marcar. Las dianas de Salvio y Gabi, en propia puerta, ya en el descuento, resultaron anecdóticas.

El choque derivó en una especie de plebiscito de la grada sobre el conflicto entre Reyes y Manzano. Hubo división de opiniones. Justo cuando más se rumoreaba que el sevillano puede emigrar al Galatasaray turco en el mercado de invierno, el técnico le brindó la titularidad en el ‘miniderbi’ del Calderón. Ocupó el puesto que dejó vacante Arda Turan, aunque se alternó con Koke y luego con Pizzi en ambas bandas. No estuvo muy participativo el sevillano, cuya calidad nadie discute pero sí su indolencia en los entrenamientos. Fue uno más dentro del tono general mediocre. No se ganó el puesto y hubo palmas, pitos y gritos de “¡Manzano, vete ya!” cuando fue reemplazado por Salvio poco antes del 2-0.

Una vez superada su lesión muscular, Falcao volvió al equipo en detrimento de Adrián, debilitado por una gastroenteritis que motivó incluso su ingreso hospitalario. Y el Atlético lo agradeció. Luchó el colombiano, se movió bien en el área, ofreció siempre alguna salida a sus compañeros y marcó un golazo, de cabeza en plancha, tras gran acción de Diego, que selló el triunfo a un cuarto de hora del final.

Adormilados

Más allá de los jugadores elegidos, la crítica y la afición reprochan a Manzano que su equipo salga en casa muy atrás. Fue un equipo lento, nada ambicioso y claramente contragolpeador, como si jugara lejos del Manzanares. Es verdad que le faltan jugadores de calidad en la salida del balón, pero ello no es excusa para actuar tan adormilado y jugar en función del rival.

El Rayo, en cambio, sí respondió a este estilo alegre y vistoso que le permite causar una grata impresión allá donde va, con independencia del resultado. Javi Fuego y Movilla movieron mucho mejor al equipo que Gabi y Mario Suárez. La diferencia está arriba, ya que los franjirrojos no tienen la calidad de los rojiblancos. Una cuestión de presupuesto. Como en el Camp Nou, el Rayo dominó los primeros 25 minutos de partido. Presionó arriba, acogotó al Atlético, robó un sinfín de balones y combinó bien. Pero le faltó tino en el remate.

Asenjo, titular por la sanción de Courtois a causa de su expulsión en el derbi, solo tuvo que atajar una volea de Tamudo en el primer tiempo, pero vivió en un estado de permanente inquietud. Un tiro de falta de Piti, un disparo alto de Michu, otro excesivamente cruzado de este mismo jugador, un cabezazo de Tamudo y un lanzamiento de Lass que rozó en Filipe Luis, rondaron el gol.

Como suele ocurrir cuando el modesto perdona, el rival sí le golpeó en cuanto pudo. Apenas se habían aproximado los locales con un buen disparo de Falcao que atajó Cobeño, pero marcaron en su primera y casi única gran ocasión del período inicial. El colombiano dio un buen pase interior a Gabi, que firmó su primer gol en Liga al picar sobre la salida del portero.

Tras la reanudación, el choque discurrió de forma semejante. El Rayo quiso pero no pudo y el Atlético siguió al ’tran-tran’. Los forasteros ya llegaban menos, porque el físico no les alcanzaba, pero los ‘colchoneros’ jugaban con fuego. Hasta que llegó una acción aislada magnífica que acabó con la emoción. Diego hizo un movimiento de ‘crack’ en el área, la puso y Falcao se anticipó a su marcador como un gran ariete. Con parte del público camino ya del aperitivo dominical, Salvio y Gabi, que desvió en propia meta un centro-chut de Piti, completaron el resultado. Demasiado premio para el Atlético y castigo para el ‘Rayito’.