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Edición de 'El nombre de la rosa'. / Archivo
literatura

Libros de larga vida

Los editores anhelan aquellos títulos que se venden durante muchos años

ANTONIO PANIAGUA
MADRIDActualizado:

¿Qué es un 'long seller'? Atendiendo a su traducción literal del inglés, un 'long seller' es el libro que se vende mucho y a lo largo de un periodo largo de tiempo. Algunos estudiosos del asunto lo emparentan con el libro "durmiente", aquel que va vendiendo poco a poco y de repente eclosiona para convertirse en un fenómeno editorial. 'Long sellers' indisctibles son la Biblia, de la que se llevan vendidos entre 2.500 millones y 6.000 millones de ejemplares; 'El libro rojo' de Mao Tse Tung (entre 800 millones y 6.500 millones) y el Corán (800 millones). Sin remontarnos al arca de Noé o a la China de Mao, hay otros libros que año tras año dan muchas gratificaciones a sus editores. Es el caso de 'El nombre de la rosa', de Umberto Eco, que procuró a Esther Tusquets la suficiente autonomía económica para "hacer lo que quisiera" al frente de Lumen. También contó para ello con la inestimable ayuda de los cómics de Mafalda.

Un 'long seller' atípico es '1.080 recetas de cocina', de Simone Ortega, publicado en 1972 pero que aún hoy sigue dando alegrías a Alianza Editorial. Según el periodista Sergio Vila-San Juan, autor de 'El código best seller' (Tema de hoy), Ortega, casada con uno de los hijos del filósofo, acostumbraba a cocinar teniendo delante unos cuadernillos de recetas de su abuela materna, embrión de lo que sería un bombazo editorial del que se han vendido 3,5 millones de ejemplares. '1.080...' debe su éxito a algo tan poco común como la sencillez: ofrece recetas asequibles y enseña a hacer desde sardinas fritas a macarrones. Pasadas las décadas, el libro de Ortega sigue recibiendo elogios unánimes de los más reputados chefs.

En la escuela

Algunos de los 'long sellers' deben en parte su buena estrella a que logran infiltrarse en el currículum educativo. Las entregas del capitán Alatriste, de Arturo Pérez Reverte, se emplean para enseñar en la escuela el Siglo de Oro. 'Los girasoles ciegos', de Alberto Méndez, es una compilación de cuentos que entra en el temario de literatura española del siglo XXI de Bachillerato. El hecho de que pueda caer en selectividad es una poderosa razón para leerlo. Otro de los libros prescritos por los profesores es 'Un viejo que leía novelas de amor', de Luis Sepúlveda.

Requisito imprescindible para que funcione el 'long seller' es, según todas las fuentes consultadas, que la noticia corra de boca en boca. A juicio de David Viñas, autor de 'El enigma best-seller' (Ariel) y profesor de Teoría de la Literatura y Literatura Comparada en la Universidad de Barcelona, para que el título de moda corra como la pólvora es fundamental disponer de un aparato mediático. Vivimos en plena cultura de masas y el libro no deja de ser una mercancía más. En los años noventa se calculaba que 14 compañías, entre las que figuraban Bertelsmann, Hachette, Viacom y Holzbrink, controlaban un tercio de la producción mundial de libros.

Por eso nada se deja al azar. De J. K. Rowling, hacedora de la saga de Harry Potter, exponente del 'best seller' global por antonomasia, pocos saben que se llama Joanne. Su editor la obligó a firmar con iniciales porque está comprobado que en el mundo de la literatura juvenil las mujeres venden mucho menos que los hombres. Poco pudo hacer Rowling, salvo que en su nuevo nombre comercial figurara la K en homenaje a su abuela Kathleen.

Entrevista radiofónica

A veces, el libro que todo el mundo compra tiene una irrupción tímida. 'El tiempo entre costuras', de María Dueñas, contó con una tirada inicial de 3.500 ejemplares. Una entrevista radiofónica -María Dueñas es una excelente comunicadora-, la recomendación de varios críticos y la Feria del Libro de Madrid dieron un empujón definitivo al título, que tiene un trasfondo histórico (el protectorado de Marruecos), que pocas veces se había abordado en España.

El márketing no deja lugar a la improvisación. Durante la presentación de la última novela de Carlos Ruiz Zafón, 'El prisionero del cielo', no se admitieron preguntas de los periodistas, salvo las formuladas por Gemma Nierga, contratada por la editorial para entrevistar a este escritor superventas.

Como cuenta David Viñas en su documentado estudio, Ken Follet ('Los pilares de la tierra') evita siempre el color marrón en su indumentaria. "El marrón da a mi cara un tono amarillento, enfermizo, como si tuviera resaca. Y eso se nota en las ventas".

También debe de notarse en las ventas la apostura de aristócrata que gasta Tom Wolfe. El autor de 'La hoguera de las vanidades' se pasea por el mundo vestido de un blanco impoluto, con lo cual no pasa inadvertido. El español Antonio Gala cultiva la imagen de divo, con su bastón, su dicción ampulosa y relamida y sus teatrales silencios.