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La ONU exige «medidas urgentes» contra Siria

El organismo aprueba una condena más tibia de lo esperado, al no incluir la calificación de crímenes contra la Humanidad

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La revolución siria ha provocado una unión sin precedentes entre los intereses de Occidente y la Liga Árabe. Las agendas de Estados Unidos, la Unión Europea y los vecinos árabes parecen sincronizadas para aumentar la presión sobre el régimen de Damasco y ayer el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, en sesión extraordinaria, aprobó una resolución de condena de las «graves y sistemáticas» violaciones cometidas por las fuerzas de seguridad del régimen de Bachar el-Asad. Con 37 votos a favor, seis en contra -entre ellos Rusia y China- y seis abstenciones, el texto en el que se urge a la «toma de medidas para defender a la población civil» llegará a las manos del secretario general de la organización Ban Ki-moon, que tendrá hacer que los distintos órganos de la institución «emprendan las acciones adecuadas», especialmente el Consejo de Seguridad.

Apenas cuatro días después de la presentación del informe de 39 páginas elaborado por la Comisión de investigación, que elevaba a 4.000 el número de muertos víctimas de la represión, entre ellos 307 niños, y a 14.000 el de detenidos, el Consejo de la ONU dio luz verde a una condena más tibia de lo esperado porque finalmente no se incluye la calificación de «crímenes contra la humanidad» en ninguno de sus apartados, pese a la mención expresa en estos términos que hacía el informe de los investigadores. «A la luz de los fallos manifiestos de las autoridades sirias en la protección de sus ciudadanos, la comunidad internacional debe adoptar medidas urgentes y efectivas para proteger al pueblo sirio», subrayó la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de la ONU, Navi Pillay.

La decisión fue duramente criticada por el enviado sirio, Faisal al-Hamwi, que aseguró que las conclusiones del informe de la comisión de investigación «carecen de objetividad y credibilidad» y solo sirven «para echar más leña al fuego». Hamwi criticó además que no se pida el fin de las acciones armadas a los opositores del régimen, cada día más activos desde la aparición en escena del Ejército Sirio de Liberación, formado por desertores de las fuerzas armadas. También Rusia se mostró disconforme.

Los tres expertos responsables del informe en el que se ha basado la resolución de la ONU no tuvieron permiso para entrar en Siria y se vieron obligados a trabajar en los países fronterizos entrevistando a víctimas y testigos.

Viernes de protesta

Mientras en Ginebra la ONU acordaba un texto de denuncia, en las calles de Siria se vivió un nuevo viernes de movilizaciones. Al menos nueve personas perdieron la vida a manos de las fuerzas del orden, según fuentes opositoras, y se escucharon fuertes explosiones en la frontera con Líbano, donde se refugia parte de la oposición armada. En las calles de Damasco, el régimen congregó a miles de simpatizantes que corearon consignas contra la Liga Árabe y las fuertes sanciones impuestas la semana pasada.

Los militares que han desertado del Ejército de Siria anunciaron que han comenzado a coordinarse para atacar a las fuerzas que siguen leales al Gobierno, con el objetivo de limitar sus movimientos y, por extensión, evitar nuevas acciones de represión contra la población civil.