Es noticia:
ABCABC de SevillaLa Voz de CádizCádiz
san sebastián

Los indicios apuntan a que el menor de 13 años se suicidó

La Ertzaintza cree que el menor se quitó la vida con un cuchillo en la habitación de su domicilio

JAVIER GUILLENEA
SAN SEBASTIÁNActualizado:

Lo único cierto es que un joven de 13 años apareció ayer muerto en un piso de San Sebastián con heridas de arma blanca. El resto son conjeturas que fueron creciendo y desinflándose a lo largo del día mientras la Ertzaintza iniciaba la investigación para saber qué había ocurrido. Al cierre de esta edición la hipótesis más probable era la del suicidio pero no se descartaban otras teorías. El hecho real, tangible, era que en un piso de El Antiguo había sucedido una tragedia.

El cuerpo sin vida del menor fue localizado a las 12.30 horas en una vivienda de la calle Logroño por una persona del entorno familiar que entró en el piso. En un dormitorio encontró el cadáver junto a un cuchillo y un rastro de sangre. La noticia se difundió pronto. Habían hallado el cuerpo de un joven de 13 años con signos de muerte violenta. Según algunas fuentes, al parecer tenía heridas de arma blanca en el abdomen.

Tenía tres hermanos pequeños, dos varones y una chica. «Era normal, de constitución fuerte, siempre le veías con sus hermanos pequeños, cuidándolos alrededor del restaurante», señala una vecina. Sus padres regentan un asador ubicado en la avenida de Zumalakarregi que ayer permaneció cerrado. En su interior los empleados lloraban por la tarde la tragedia mientras se preguntaban qué podía haber ocurrido y se negaban a hacer declaraciones.

La segunda parte del drama es que aún no se sabe con certeza lo que pasó. A lo largo del día las informaciones se sucedieron vertiginosamente y los rumores comenzaron a extenderse entre el vecindario. Algunos habían visto un reguero de sangre en el garaje del inmueble donde vivía la víctima, extremo que no fue confirmado por el Departamento de Interior del Gobierno Vasco, aunque durante toda la jornada la Ertzaintza mantuvo acordonado un cuadrado de seis plazas en el que permanecían estacionados dos coches.

Del aparcamiento faltaba la moto del padre del fallecido, Luis M. S., de 38 años, a quien la Policía autónoma intentó localizar sin éxito a lo largo del día. La ausencia del hombre, que anoche permanecía en paradero desconocido, disparó las primeras alarmas y pronto se inició su búsqueda y se extendió un nuevo rumor que terminó propagándose por las redes sociales. A través de Tuenti, los compañeros de colegio del joven, que ese día no había acudido a clase, recibieron una noticia demoledora. «Le ha matado su padre».

Problemas familiares

Había algunos elementos que hacían pensar en la verosimilitud de esa información. Según algunos vecinos, el padre atravesaba por una mala racha agudizada por una reciente crisis matrimonial con su esposa, con la que estaba en trámites de separación. También según estos testimonios, el hombre había regentado una frutería en el barrio y, tras venderla, se había dedicado a un negocio de inversiones sin demasiado éxito antes de probar con el asador, hace un año y medio. «Últimamente se le veía raro, se notaba que tenía problemas», afirma un conocido. Los problemas llegaron a su punto culminante hace quince días, cuando Luis tuvo que recibir asistencia después de atravesar por una crisis psicológica.

Al parecer, desde la separación matrimonial el padre vivía en el domicilio de su madre, mientras que su esposa residía con sus tres hijos pequeños en la vivienda de un familiar. El piso de la calle Logroño, en el que la familia había residido durante casi un año, permanecía vacío desde que se inició el proceso de divorcio. El joven fallecido vivía en otra casa, con unos tíos suyos, aunque mantenía contacto con sus progenitores, a los que ayudaba en el restaurante que regentaban. Ayer por la mañana acudió al asador para estar con su madre que, sin saberlo, le vio en ese momento por última vez.

Para entonces el padre había desaparecido. A primeras horas de la mañana la madre de Luis llamó a su exnuera para decirle que su hijo se había ido a las cinco de la madrugada y no había dado señales de vida desde entonces. El delicado estado psicológico del hombre, agobiado por problemas sentimentales y económicos, le hacía temer que algo malo le podía haber ocurrido y pidió ayuda para que alguien le buscara.

La exmujer llamó inmediatamente a un amigo de la familia, que comenzó la búsqueda. Trató de localizarle sin éxito durante toda la mañana hasta que se le ocurrió acudir a la antigua vivienda familiar. Fue allí donde encontró el cadáver del menor.

Rumores desvanecidos

El rumor de que Luis había matado a su hijo se extendió por todo el barrio entre el estupor de los vecinos, que no acababan de creer que una «persona normal, simpática y trabajadora» hubiera cometido un crimen semejante. Las conjeturas fueron creciendo cuando se supo que la Ertzaintza, en previsión de posibles nuevas tragedias, había acudido al colegio de los tres hermanos del fallecido para darles protección y que también protegía a su madre.

Y las mismas conjeturas se desvanecieron cuando los primeros exámenes del cadáver hicieron pensar a los investigadores de la Ertzaintza en la posibilidad de un suicidio. Fue entonces cuando la imagen de Luis cambió y comenzó a surgir la sombra de un hombre sobrepasado por las circunstancias.

La Ertzaintza trata de localizarle: a última hora de la noche de ayer no había aparecido, lo que no hizo sino aumentar los rumores de los vecinos del barrio, que no terminaban de creer una historia que nunca debió haber ocurrido.

El cuerpo del menor permaneció en la vivienda hasta que una comisión judicial ordenó el levantamiento del cadáver, que fue trasladado a las 17.40 horas al Instituto de Patología Forense de San Sebastián. Tras la autopsia cobró fuerza la hipótesis del suicidio.