La UE castiga a Irán pero evita el petróleo
Los Veintisiete contienen su respuesta al asalto a la Embajada británica por la situación económica
BRUSELAS. Actualizado: GuardarLa UE acordó ayer extender las sanciones a Irán, pero sin tocar zonas sensibles del régimen. Agobiados por la delicada situación económica, los Veintisiete aplazaron hasta después de Navidad la aprobación de un posible embargo sobre el petróleo de la república islámica. Pese a mostrar su «indignación» por el asalto a la Embajada británica en Teherán el pasado martes, los socios comunitarios rechazaron pasos demasiado arriesgados que puedan provocar una subida brusca en los precios de los combustibles o poner en peligro su abastecimiento. El país persa es el quinto productor mundial de crudo y el tercero en reservas.
Los ministros de Exteriores de la UE habían preparado la cumbre de ayer en Bruselas con la mente puesta en Siria. La agenda, sin embargo, se vio completamente trastocada tras el ataque del martes a la Embajada de Reino Unido en Teherán. El Gobierno británico reaccionó el miércoles con el cierre de la legación persa en Londres y pidió el respaldo de sus socios europeos. El jefe del Foreign Office, William Hague, se desplazó a la capital comunitaria con la esperanza de que el bloque adoptara unas contundentes sanciones. No se fue con las manos vacías, pero la Unión prefirió no añadir más presión a su difícil coyuntura económica.
Hague se presentó ante sus socios con un doble objetivo. En primer término, pretendía que la UE respaldara su decisión de aislar financieramente al Banco Central iraní, una de las resoluciones que provocaron el asalto a su representación. Inspirado por Francia, también planteó congelar las importaciones de petróleo persa para golpear la principal fuente de dinero del régimen. Al final de la cumbre, el responsable 'tory' admitió que todavía quedaba «trabajo por hacer» para lograr una posición común, especialmente en las restricciones petrolíferas.
Los socios comunitarios acordaron dejar en manos de sus especialistas las posibles consecuencias de un embargo sobre el petróleo persa. La decisión final se tomará previsiblemente a finales de enero. El ministro de Exteriores francés, Alain Juppé, explicó que varios países habían expresado su preocupación por cortar de raíz el suministro de crudo. Al parecer, el más afectado por el veto sería Grecia. El primer país rescatado de la UE compra alrededor del 14% de sus hidrocarburos a Teherán y en unas condiciones bastante ventajosas. Ante esta situación, Atenas tiembla solo al pensar en una medida que podría tener un impacto directo en sus maltrechas arcas públicas.
El Gobierno heleno fue el más explícito ante sus socios, pero el embargo petrolífero también podría salirle caro a otros miembros de la Unión. Según la Comisión, Italia, España y Bélgica son los principales clientes iraníes en Europa. La ministra de Exteriores, Trinidad Jiménez, admitió que si el flujo de crudo se interrumpiera de inmediato los españoles podrían enfrentarse a «algún tipo de disfunción». En 2010, la república islámica fue el principal proveedor de España al cubrir el 14,6% de su consumo. Jiménez explicó que si finalmente se acuerdan las restricciones, simplemente, se buscarán suministradores «alternativos».
El régimen liderado por Mahmud Ahmadineyad es una verdadera potencia petrolífera. Socio fundador de la OPEP en 1960, es el quinto productor mundial con 3,5 millones de barriles diarios. Pese a sus abundantes reservas, su capacidad de refino es casi la mitad que en la década de los 70 antes de la revolución islámica. A diferencia de lo que sucede con España o Grecia, la Comisión precisó que el año pasado las importaciones de crudo persa no alcanzaron el 6% en toda la UE. Con Rusia y Noruega como principales proveedores, el Ejecutivo comunitario estimó que el vacío dejado por Teherán podría cubrirlo Arabia Saudí sin contratiempos.
Ante la división interna, los socios comunitarios se limitaron a sellar el endurecimiento en las sanciones que estaba previsto. La UE añadió 180 personas y entidades a su lista negra alimentada durante años de sucesivos castigos al régimen. Las restricciones incluyen la congelación de activos y la prohibición de acceder a territorio europeo. Estas penalizaciones se pusieron en marcha tras el informe difundido el mes pasado por la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA). La investigación, basada en fuentes de inteligencia, reveló que Teherán ha trabajado en el diseño de una bomba nuclear dentro de su controvertido programa energético.
Los Veintisiete, en un plano más político, mostraron su «indignación» por el ataque a la Embajada británica. «Consideramos esta acción contra Reino Unido como un ataque contra toda la UE», constataron en su comunicado final. Ahora, los expertos empezarán a trabajar para preparar las sanciones petrolíferas, que se aplicarían de forma gradual.