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MUNDO

La diplomacia europea se une contra Irán

Reino Unido expulsa a los diplomáticos persas mientras los ministros de Exteriores de la UE discuten nuevas medidas de castigo

ÍÑIGO GURRUCHAGA CORRESPONSAL
LONDRES.Actualizado:

El Gobierno británico ordenó ayer el cierre de la Embajada iraní en Londres y la marcha del país de todos sus diplomáticos antes del sábado como respuesta a la invasión y saqueo del edificio de su delegación diplomática en Teherán, el pasado martes, en un acto que Londres considera promovido por el régimen. El ministro de Asuntos Exteriores, William Hague, dijo en una declaración urgente en la Cámara de los Comunes que sería «descabellado» creer que los manifestantes que saltaron las vallas y fortificaciones de la Embajada, penetraron en el recinto ante la aparente pasividad de policías equipados con material antidisturbios, saquearon las residencias privadas y robaron posesiones no contaban con la protección del Gobierno.

Hague dijo que la expulsión de diplomáticos iraníes acreditados en Londres no significa la ruptura total de relaciones con el régimen islamista pero las sitúa «al nivel más bajo posible». Todos los británicos y asistentes que trabajaban en la Embajada o se encontraban en otro complejo británico en el norte de Teherán, y que también fue invadido, han sido localizados sin sufrir aparentemente lesiones.

El incidente ha evocado inevitablemente el que desembocó en el secuestro de cincuenta diplomáticos de Estados Unidos en la Embajada de aquel país en Irán, en 1979 cuando esta fue invadida. En aquella ocasión, hubo ruptura total de relaciones diplomáticas, que se mantiene hasta hoy. El asalto a la legación británica fue ayer condenado como «inaceptable» por España, que reprobó «la respuesta insuficiente de las autoridades iraníes».

Aunque el Gobierno de Teherán calificó también como inaceptable la conducta «de un pequeño número de manifestantes», a los que los organismos oficiales calificaron como estudiantes, el ministro Hague confirmó la visión de Londres, ya extendida por medios de comunicación, de que se trataba de miembros de la milicia Basji, que fue creada como una fuerza paramilitar de voluntarios bajo las órdenes de los Guardas Revolucionarios.

Endurecimiento

La invasión se produjo en el curso de una marcha que condenaba de modo retrospectivo el asesinato de Majid Shahirari, uno de los científicos más importantes en el programa nuclear iraní, hace exactamente un año. El crimen tuvo el aroma de un complot que, como la infección de ordenadores por el virus Stuxnet, estaba encaminado a entorpecer el avance de Teherán.

La manifestación se producía también dos días después de que Estados Unidos, Canadá y Reino Unido anunciasen nuevas medidas de bloqueo económico de Irán, en este caso de sus bancos, como respuesta a la publicación de un informe de la Agencia Internacional de Energía Atómica, el día 22, en el que daba cuenta del progreso del programa nuclear. El parlamento iraní respondió aprobando una moción para la reducción de relaciones con Reino Unido a su mínima expresión.

En ese contexto de tensiones se celebra hoy en Bruselas la reunión de ministros de Exteriores de la Unión Europea, en donde hay disensiones sobre las medidas a adoptar sobre Irán. Grecia, por ejemplo, es, en su actual situación económica, reacia a adoptar el boicot del petróleo iraní, que adquiere en condiciones financieras ventajosas. Bloquear el petróleo de un gran productor de la OPEP no sería la mejor medida económica en esta situación, pero el asalto a la Embajada británica ha endurecido las posiciones europeas. Alemania y Francia retiraron ayer temporalmente a sus embajadores, en un signo del endurecimiento.