ESPAÑA

Los agentes sociales creen que hay margen

La lucha contra el absentismo y el papel de la mediación son más fáciles de acordar

MADRID. Actualizado: Guardar
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Mariano Rajoy ha puesto deberes de Navidad a sindicatos y patronal. Se impone ahora un rally de reuniones entre el primer turrón y el roscón de Reyes con el objetivo de cerrar un entente que frene la sangría del paro y lance un mensaje de unidad a los mercados. Los protagonistas abogan por el diálogo, incluso sin 'líneas rojas' iniciales, pero saben que no todo es posible. Mientras, la prima de riesgo marca el compás.

Los sindicatos no quieren ni oir hablar de abaratar aún más el despido o del contrato único, pretendido por los empresarios, y temen que la presión de los mercados tiente a Rajoy a firmar un nuevo decretazo con el que contentar a los voraces especuladores. Creen que el actual marco legal ya es muy flexible para contratar y despedir, y que no hace falta ir más allá.

Hay margen para el diálogo. Lo reconocen todos. CC OO y UGT no quieren «atajos» con los que endulzar las escandalosas cifras del paro, y reclaman un nuevo marco fiscal así como una apuesta definitiva por el ansiado cambio de modelo productivo. El paro no se acaba con la enésima reforma, afirman. Argumentan las centrales que los últimos cambios no han sido, ni mucho menos, el bálsamo de Fierabrás y que, lejos de retroceder, la temporalidad no deja de aumentar. Advierten de que «más de lo mismo» no servirá, por eso creen necesario abrir el abanico de los cambios. Sí es cierto que la política de salarios y la posibilidad de introducir componentes como la productividad en su fijación son asuntos en los que se podría avanzar, pero ni CC OO ni UGT van a rubricar nada que hunda el ya mermado poder adquisitivo de los trabajadores. Aquí, CEOE hace fuerza, e insiste en que el camino pasa porque la evolución de los precios (IPC) pierda peso a la hora de negociar las subidas de sueldos.

Los sindicatos abren la puerta con cautela al estudio de otras fórmulas complementarias a las tradicionales, pero piden que ese remanente que 'ganen' las empresas se reinvierta de forma automática o se utilice en crear empleo. Rosell, que ya ha reconocido que en su día quiso abarcar demasiado y por eso -aunque no solo por eso- la negociación colectiva terminó como terminó, lo tiene claro; algunas grandes empresas ya han introducido alternativas a la inflación en su política retributiva, y por ahí quieren avanzar los empresarios.

Los convenios colectivos son el otro gran caballo de batalla. La patronal lucha por el descuelgue y por un pacto de empresa por encima del provincial o del sectorial. Una demanda que levanta de su asiento a CC OO y UGT.

Las posturas están más cercanas en la lucha contra el absentismo, las mutuas o la mediación. De hecho, permanece guardado en algún cajón un principio de acuerdo que en su día quedó en papel mojado ante la ruptura total de la negociación que dio paso a la reforma por decreto del Gobierno socialista.