AL PALO

JUAN CAPELLO

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Pues resulta que después de cuatro puntos sobre seis (el empate bien labrado en Las Palmas y la victoria meritoria ante el Recre) el entrenador del Xerez, Juan Merino, ha pasado a ser Capello. Sí, Juan Capello. Es que esto de los tertulianos -no todos- es de juzgado de guardia. En el terreno de la opinión sin fundamentos cualquier escriba o escribano tiene un borrón. Y aquí el primero en admitir fallos. Pensaba que a Juan le iban a enseñar el camino del cadalso si hubiera caído en Huelva. En otros tiempos con menos crisis económica lo mismo los entrenadores duraban menos en los banquillos, pero ahora la paciencia es buena consejera para los consejos de administración a nivel general. El caso es que el Xerez ganó, que bajó la marea, que Juan Capello ha ganado crédito y que está demostrando el empaque suficiente como para coger el toro por los cuernos y decir las cosas por su nombre.

Posiblemente, si la Liga empezara hoy, no hubiera apelado al discurso oficial del club de «jugar bonito» porque con la plantilla que hay el objetivo de la liguilla es más factible que el año pasado, donde el equipo era anodino en el juego pero intachable en resultados. Juan, que es un gran profesional y que respira honradez, apela ahora a la «practicidad».

La fuerza de los hechos le ha hecho descabalgarse del caballo, como ocurrió a San Pablo. Y con ello ha ganado a los incrédulos, porque aunque en las próximas semanas pueda ser cesado por malos resultados, nunca se le podrá reprochar el haberlo intentado todo, con sus fallos y sus méritos, pero sin dejarse nada tras el telón. A fuego lento, pero con paso firme. Vuelve el Huesca, el del bonito recuerdo del ascenso en junio de 2009, y el del 1-3 de octubre del año pasado. Pero ahora viste peor, luchando por salir del sótano, el mejor rival para un Xerez Deportivo al que parece que la máxima presión le viene como anillo al dedo.