La Iglesia reprocha a la Junta de Andalucía el abandono de Santiago
La institución asegura que la financiación de la segunda fase de la rehabilitación está sujeta a la firma de un convenio con Cultura
Jerez Actualizado: Guardar«De la segunda fase de rehabilitación no hay nada acordado. No me consta ningún documento», aseguró ayer el delegado diocesano de Patrimonio, Enrique Soler, respecto al anuncio de la Junta de Andalucía de que tiene que ser la Iglesia la que sufrague el 100% del coste de los trabajos que completen la reforma. Lo dijo el lunes el consejero de Cultura, Paulino Plata, cuando aún no han terminado la primera fase por el abandono de la empresa.
La situación de uno de los principales templos jerezanos es complicada ya que, además de la paralización de las obras de emergencia, su continuación se adscribe a la firma de un nuevo convenio con la administración andaluza. Se trata de un acuerdo marco que existe en todas las diócesis de la comunidad autónoma y que también existe en Asidonia-Jerez aunque ya está agotado después de una década de vigencia. Los proyectos que se incluyeron en él ya se han acometido. El último de ellos fue la reforma de la iglesia de Setenil, de gran valor artístico.
Santiago no es uno de los diez templos que aparecen en el citado acuerdo pero hubo que actuar de urgencia debido al mal estado del templo. La intención de la Diócesis es que la segunda fase de su rehabilitación figure en el próximo, por lo que la Junta tendría que aportar el 50% de la financiación. «Nosotros no podemos actuar directamente, sino con la administración», insistió el responsable.
Lo que más preocupa a Soler es «el estado de abandono» de la iglesia de Santiago y la «indefinición» en la que se encuentra el edificio por la paralización de las obras tras la suspensión de pagos de Cintra, la empresa adjudicataria de los trabajos. «La Junta tenía que haber respondido», asegura, recordando que «las vallas que hay alrededor del templo, en vez de proteger, han servido de guarida». Hay que recordar que esta situación ha provocado que el templo haya sido objeto de varios actos delictivos a lo largo de los últimos meses. «Lo que tienen que hablar con nosotros es cómo se va a terminar la primera fase», aseguró el responsable.
Lo inmediato para la Diócesis es «acabar las obras» y luego «ver qué daños han producido los casi dos años de abandono, algo que nadie tiene previsto». Según Soler, «hay humedades, vías de agua... y a eso hay que hacerle frente». Según estipula la ley del patrimonio de 2007, durante las obras hasta los propietarios tienen que contar con el permiso del arquitecto para accceder al templo: «Precisamente cuando se cumple la ley, el patrimonio queda desatendido», aseguró Soler.
Como síntoma de esa desatención de la administración, el delegado diocesano de Patrimonio citó la ausencia de reuniones periódicas con Cultura. «Hay unas ponencias técnicas en cada diócesis, que deben reunirse al menos una vez al año. La última que se celebró en Jerez fue en abril de 2009», indicó el responsable.
«Necesitamos su ayuda»
«Nosotros estamos totalmente dispuestos a sentarnos con la Junta de Andalucía para resolver esta situación y ya lo hemos pedido», explicó Soler. «Tenemos que actuar con la administración porque necesitamos su ayuda. Es un patrimonio que beneficia a la sociedad, a la cultura y al turismo de la ciudad», señaló el delegado diocesano.
Destacó, además, que los templos sufren a veces «problemas sobrevenidos» por causas ajenas a los templos, como obras colindantes o la vibración del tráfico rodado, como es el caso de Santiago. «La Iglesia no puede mantener al 100% todo el patrimonio que tiene», dijo.
Dos millones para continuar
Una vez que se desbloquee la actual situación de la parroquia y se fijen los términos y la financiación, se acometerá la segunda fase. En este punto de la reforma, hay actuaciones de mayor y menor importancia para el templo. «Quedan los tres arcos de la capilla y ábsides mayores. También hay que adecentarla en las partes más ornamentales», recordó Soler. El coste estimado de esta segunda intervención, una vez consolidada la estructura del templo, es de casi dos millones de euros.
Entre otras medidas, incluye la reposición de la solería -que se levantó para poder actuar en el subsuelo- y el saneamiento de las cubiertas del templo.