Escepticismo climático
Actualizado:El protocolo de Kioto de 2005, que ha tenido unas consecuencias apreciables sobre el control de emisiones a la atmósfera, solo cubría en su primera fase hasta 2012. Ahora, en Durban, observadores y representantes de cerca de 200 países intentan conseguir un improbable acuerdo que permita prolongar el acuerdo hasta 2020. Kioto no fue aceptado por EE UU, el mayor contaminante mundial, y su posición adversa no ha cambiado. Aquel tratado tampoco imponía obligaciones a los países emergentes -India, Brasil, China- que, sin embargo, se lucraban de inversiones de los países ricos en pago a sus excesos contaminantes. Ahora, los emergentes siguen sin querer comprometerse, y además Rusia, Canadá y Japón se han descolgado de Kioto. Solo la Unión Europea, cuyas emisiones representan el 11% mundial, se siente concernida por aquel acuerdo. Pero la realidad es que no hay señales de que la comunidad internacional esté dispuesta a realizar los esfuerzos necesarios para que cesen las emisiones crecientes de gases de efecto invernadero, lo que representa una grave irresponsabilidad global hacia las futuras generaciones.