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Andrea Huisgen lo dejó todo para ser Miss España... hasta los novios

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Cuando a Andrea Huisgen (su padre es alemán) le plantaron el domingo la corona de Miss España le supo igual que si hubiera sido la número uno de las más duras oposiciones. Hace solo año y medio lo dejó todo, incluidos sus estudios de Derecho, para prepararse día y noche para ser la más guapa de España... pero siguiendo la dura disciplina del opositor. Se puso en manos del venezolano -aunque afincado en España- Ricardo Rodríguez, alias El Soplón, considerado en el mundillo como un 'missólogo', quien ha ejercido todos estos meses de preparador.

Clases de oratoria, pasarela, protocolo, maquillaje, estilismo y de «todo lo que uno se puede imaginar y más» que no le han dejado ni un día libre, ni siquiera en verano. Eso por la mañana. Por la tarde le esperaban de tres a cinco horas machacándose en el gimnasio acompañada de una dieta estricta. Ni una pastilla de chocolate para quitarse el mono, esa que ahora ansia paladear antes de entrar en toda la vorágine que se le viene encima. «Ya se me han olvidado todos los malos momentos porque he logrado mi recompensa», comentaba eufórica ayer mientras hacía la maleta con rumbo a Madrid tras dejar Sevilla, donde la han coronado Miss España. La bella Andrea (21 años, 180 centímetros y medidas perfectas 89-63-91) llegó al certamen luciendo la banda de Miss Barcelona, ciudad en la que vive en un piso de alquiler donde parará muy poco en los próximos doce meses. Comienza un reinado de vértigo junto al representante toledano Diego Otero, el nuevo Míster España.

El Soplón ha estado modelando a Andrea de acuerdo a los patrones de las misses venezolanas, que tan bien conoce. De esa escuela han salido las mujeres más laureadas en los certámenes internacionales. Y ese concienzudo trabajo lo ha hecho por amor al arte. A ella no le ha costado un euro. «Un excompañero de clase me dijo que me pusiera en contacto con él y el mismo día que lo llamé empezamos a trabajar. A él le apasiona todo esto y me ha cuidado desde el primer minuto sin pedirme nada a cambio», recuerda esta joven de vivos ojos verdes y soltera por decisión propia. Bajo ninguna circunstancia quería que los amores la desviaran de su objetivo, una fecha, la del domingo 27 de noviembre, marcada en rojo. Andrea ha trabajado sin descanso. Rodríguez (responsable de la web laesquinadelsoplon, un referente en concursos de belleza) no le ha dado tregua ni sábados ni domingos. Apenas contaba con unas pocas horas libres a la semana para montar a caballo, ver unas películas o echarse unos bailes, sus aficiones. «Ricardo no me dejaba pasar ni una y he llorado mucho en este tiempo, la última vez hace unos días porque no nos poníamos de acuerdo en el traje que me pondría para la entrevista del jurado. Las últimas tres semanas han sido muy intensas», detalla sin perder esa enorme sonrisa, su arma secreta para que el 'tribunal' presidido por la exmiss Paquita Torres se decantase por ella.

La pose, su punto débil

El cambio este año ha sido abismal. Ella misma no se reconoce en las fotos antiguas de su 'book' profesional. Aparte de agotadoras sesiones deportivas que han moldeado aún más su cuerpo, se puso en los dientes un aparato invisible para perfeccionar su sonrisa. Y no faltaba jamás a clase. «Todos los días había algo que trabajar y corregir». Pero siempre tras tomarse un café bien cargado, porque si no «no soy persona».

¿Y su talón de Aquiles? «La pose», contesta sin titubear. «Había que mejorar mucho hasta llegar a eso de 'Aquí estoy yo'. Hay que llamar la atención sin dejar de ser elegante», matiza Andrea, que entre sus cualidades 'invisibles' destaca la perseverancia. Prueba de ello es que se presentó dos veces a Miss Barcelona hasta lograr el pasaporte para la gala nacional.

Su carrera hacia el cetro que finalmente ha conseguido tuvo incluso una parada en Londres, donde su entrenador y ella asistieron al concurso de Miss Mundo, en el que precisamente ganó la venezolana Ivian Sarcos. «Todo te lo tomas como una inversión a largo plazo, porque este título supone un importante empujón», apunta esta cáncer (nació un 22 de junio) de fuerte carácter a la que de vez en cuando le sale la vena organizativa alemana.

De momento Andrea tiene claro lo que le espera: «Trabajar, trabajar y trabajar, y darlo todo». Y piensa probar todos los palos que le pongan por delante. Pasarela, televisión, cine.... «No tengo miedo a nada. Ni a la prensa. ¡Me encantan las fotos!», palabras que puede decir fluidamente hasta en cuatro idiomas: castellano, catalán, inglés y alemán (su padre lo es aunque su madre es catalana y, además, ella estudió en un colegio germano).

Antes de ponerse manos a la obra quiere tener al menos cinco minutos para poder hablar tranquilamente por teléfono con su hermana pequeña de 19 años, que vive en Alemania. «¡Todavía no lo he conseguido con todo lo que se ha formado! Mis padres sí han podido y no se lo cree». Después se enfrentará a todo lo que venga, incluido el concurso de Miss Universo el próximo mes de junio, en el que aspira a emular a su idolatrada Dayana Mendoza, ganadora en 2008, y venezolana, claro. Tampoco le disgustaría seguir la línea de Paula Guilló, su predecesora, o de Helen Lindes y Eva González. Andrea está dispuesta a hacer historia. Preparación no le falta.