ARRECIA EL TEMPORAL
Actualizado: GuardarEn los años de la locura, la economía española giraba a velocidad de vértigo, empujada por un consumo enorme, derivado a su vez de un alto nivel de empleo y de la sensación de riqueza que proporcionaba el espectacular incremento del precio de los activos, principalmente de los inmobiliarios, pero no solo. Cuando todo el entramado se fue al traste, nos dimos de bruces con una economía 'arteroesclerotizada', con dificultades para competir e incapaz de proporcionar empleo en la cuantía necesaria. Pusimos entonces nuestras mejores esperanzas en el sector exterior. Confiábamos en el efecto de arrastre de las exportaciones, y así ha sido, pues nos han aportado el combustible necesario para contrarrestar el impacto negativo de la demanda interna sobre el PIB.
Más tarde, según nos adentramos en los problemas y se agravó la crisis de la deuda soberana, las expectativas generadas se fueron enfriando poco a poco. Ahora, llega la OCDE y nos advierte del temporal que nos amenaza en el horizonte de 2012. Como no hay demanda interna privada, ni por parte del consumo ni de la inversión; como tampoco hay apoyo público, porque las exigencias del ajuste maniatan a las administraciones y, como ahora también se enfrían las expectativas exteriores, el PIB se quedará en los alrededores del cero y el paro seguirá creciendo, cuando pensábamos que ya era imposible soportar las tasas actuales.
Ese es el panorama... si no hacemos nada, claro. Nos queda por saber si el nuevo Gobierno será capaz de dar con el interruptor que cambia el sentido del giro de la rueda de la economía. La misma OCDE nos proporciona su receta. Es el plato conocido: contrato único y menos rígido, negociaciones laborales cercanas a la empresa, subida de los impuestos indirectos -lean el IVA-, y, esto es nuevo, generalización del Impuesto sobre Sucesiones. ¿Dispensará el 'boticario' Rajoy alguna de estas medicinas? Seguro que sí. ¿Acertará con el tornillo adecuado para invertir el giro? Eso ya es más complicado, pero es el único clavo que nos queda para colgar de él nuestra esperanza, así que aprovechémoslo. Y ayer la Bolsa, como siempre, llevando la contraria.