La Policía condecorará al mando que acabó con ETA en Portugal
José María Almeida Rodrigues recibirá la Cruz al Mérito Policial con distintivo rojo, el más alto galardón, por haber evitado la instalación de una base logística de la banda en el país luso
MADRIDActualizado:El Cuerpo Nacional de Policía ha acordado conceder al director Nacional de la Policía Judiciaria de Portugal, José María Almeida Rodrigues, la máxima condecoración de la institución, la Cruz al Mérito Policial con distintivo rojo, por su trabajo en la lucha para acabar con el intento de ETA de establecer una base logística en el país vecino para intentar desde allí en España, según han informado a este periódico fuentes de la lucha antiterrorista.
Almeida, que no recibirá una pensión por esta medalla (que se le impondrá el martes) al tener carácter honorífico, se convirtió en el máximo responsable de la Policía Judiciaria lusa en mayo de 2008, en pleno huracán político en el cuerpo a cuenta de la estancada investigación sobre la desaparición de la niña británica Madeleine McCann un año antes.
Al frente de la PJ y, sobre todo de la Unidade Nacional de Contra Terrorismo de la Polícia Judiciária, impulsó en primera persona las investigaciones sobre los movimientos de ETA en Portugal, de los que se tenía constancia desde que en junio de 2007 fuera descubierto en la localidad onubense de Ayamonte un vehículo cargado de explosivos.
Desbaratar la campaña de atentados
Según fuentes de la lucha antiterrorista, Almeida se volcó aún más en la ayuda al Ministerio del Interior a partir de enero de 2010, cuando se interceptó en Zamora una furgoneta que intentaba entrar en Portugal con un cargamento cargado de explosivos.
Sus funcionarios, con la ayuda de los servicios de Información españoles, fueron los que en febrero del año pasado descubrieron en la localidad de Obidos la base logística de la banda terrorista, con cerca de 1.500 kilos de explosivos, que ETA iba a utilizar para mantener una campaña de atentados.
Todos los analistas del Ministerio del Interior coinciden en que el trabajo de la Policía Judiciaria lusa fue clave para acelerar el fin definitivo de ETA, declarado oficialmente el pasado octubre.