La Entrega aboceta su futuro

Guadalcacín se acerca a Jerez, y a pasos agigantados. La hermandad de la Entrega está apostando fuerte para conseguir un grupo escultórico y un paso de misterio de primer nivel que le permita en un futuro no muy lejano venir a Jerez en Semana Santa. Pese a que no hay prisas en la hermandad, lo cierto es que nadie descarta en el seno de la cofradía una posible llegada a la catedral, así como un ingreso en el pleno de la Unión de Hermandades, aunque eso dependerá de la decisión que se adopte en la Casa de la Iglesia ya que Guadalcacín pertenece a un arciprestazgo rural.

La hermandad está ya trabajando en el grupo escultórico, que se le ha encargado al mismo autor del Señor de la Entrega, Navarro Arteaga. En este boceto, la hermandad ya traza la magnitud de un paso de misterio con ocho figuras y un caballo, uno de los misterios más grandes que se pasean por las calles de Jerez. El misterio refleja incluso dos esclavos atados y arrastrados por el centurión, una iconografía totalmente novedosa en el mundo de las cofradías, y que refleja la ambición de una hermandad que no para de trabajar para crecer.

De hecho, su principal misión, aunque parezca lo contrario por los proyectos que está acometiendo, no es la material, sino la espiritual. Auténticos pilares de la parroquia y del párroco, su ayuda y colaboración en las misas semanales así como en la vida diaria de la parroquia es fundamental para entender el auge de la religiosidad popular en Guadalcacín. Caras conocidas y reconocidas en un cortejo que llena cada sábado de pasión una pedanía que se vuelca con su hermandad. Las novedades para el año que viene ya están más que anunciadas, ya que cambiarán también de banda, así como estrenarán con seguridad las túnicas, que ya están diseñadas bajo formato de capa en color carmesí vistoso y túnica en sarga de color hueso.

Todo ello en una corporación que apenas lleva un año de vida oficial, ya que fue el pasado sábado de pasión cuando el obispo los elevó a hermandad. Proyectos y más proyectos con la mirada puesta en Jerez, aunque no tengan prisa por llegar. Un trabajo oscuro y silencioso que está dando sus frutos desde el primer momento y que garantiza el futuro del Señor de la Entrega.