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Rey de reyes

Roger Federer ha deleitado con su juego en los últimos tres torneos del año y ha demostrado su eternidad en este deporte

VICTORIO CALERO
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“No podría estar más feliz, pero no puedo estar más cansado. Jo-Wilfried Tsonga me ha minado hasta la última gota de energía. Aun así, no hay mejor manera para terminar la temporada para mí. Realmente he disfrutado cada minuto que estado aquí”. La felicidad rebosa en cada una de una de las palabras de Roger Federer. Porque con 70 títulos en sus vitrinas, seis de ellos trofeos de maestro, ha recobrado la sonrisa y la confianza en su temida derecha y su poderoso servicio.

Si hace un mes todo eran críticas, ahora las alabanzas acaparan los comentarios sobre el suizo. Si se retrocede a principios de noviembre, el panorama era totalmente distinto al de hoy. Por esa época Federer era un tenista al que se cuestionaba su estado de forma y se insinuaba que a su edad era muy difícil que volviese a conseguir grandes triunfos. Pero este domingo el mejor tenista de todos los tiempos volvió a demostrar que tiene cuerda para rato. El juego desplegado y los éxitos conseguidos en noviembre así le avalan.

Tras una temporada marcada por los altibajos, su victoria en la Copa Masters, París-Bercy y Basilea han relanzado al helvético. Y lo que es más importante para él: le ha permitido recuperar su confianza y su estado anímico. Un ejemplo claro es la final de este domingo. Pese a las dudas que tuvo en el partido –en el segundo set sacó para ganar el partido y el Tsonga le rompió-, el suizo demostró su carácter ganador y su fortaleza mental.

Tras haber cedido el segundo parcial, lo fácil hubiese sido dejarse llevar y salirse del partido. Pero nada más lejos de la realidad. Gracias a la madurez obtenida con el paso de los años, la centena de finales en sus piernas y a la ilusión recuperada, el suizo se rehizo con una facilidad pasmosa y acabó levantando el partido.

El punto más álgido de ese juego tocado por la varita mágica llegó en el duelo ante Rafa Nadal en la Copa Masters. Ese duelo, escasamente una hora, sencillamente debe convertirse en un vídeo imprescindible para enseñar en las escuelas de tenis. Porque la perfección se apoderó de cada uno de sus tiros.

A partir de ahora, el futuro de un tenista que ha conseguido todo lo que un jugador sueña es impredecible. Lo que sí es seguro es que el mejor jugador de la historia empezará el año como siempre, con la ilusión de un principiante que ha demostrado en el tramo final de la temporada que sigue con ganas de aumentar aún más su leyenda. Con el objetivo de lograr uno de los pocos títulos que le falta, la medalla de oro olímpica, y de deleitar al público, afortundamente para los aficionados del tenis de Roger Federer volverá en enero con un estilo de juego que ha perfeccionado este deporte.