El PSOE, en su laberinto
Es dudoso que los socialistas puedan resolver su crisis sin una profunda reflexión
Actualizado: GuardarEl comité federal -máximo órgano entre congresos- del PSOE celebrado ayer convocó, como estaba previsto, el 38º Congreso federal ordinario para los días 3, 4 y 5 del próximo febrero en Sevilla. El modelo que tuvieron en mente los casi 250 congregados que forman parte de órgano de dirección fue el del 35º Congreso del año 2000, en el que, en un proceso de gran transparencia que no tenía precedentes, Rodríguez Zapatero se convirtió en secretario general después de una reñida pugna con otros tres contendientes. En la reunión de ayer, Rodríguez Zapatero realizó cierta autocrítica aunque la tesis oficial para explicar la debacle experimentada por el PSOE, que ha perdido el 20-N nada menos que 4,3 millones de votos, sigue siendo la crisis económica. Rubalcaba, por su parte, mantuvo la tesis de que este país no se ha derechizado y, aunque no se postuló expresamente como candidato a la secretaría general, sí defendió la idea de que el programa electoral que él defendió sigue siendo válido para trabajar en la oposición. El entorno de Carme Chacón no fue mucho más explícito, pero se da ya por sobreentendido que la todavía ministra de Defensa, apoyada por algunos barones -el más notorio es Tomás Gómez- disputará a Rubalcaba el liderazgo. Otros intervinientes, como Fernández Vara, desearían un cónclave más abierto y que surgieran por tanto más candidatos. En cualquier caso, el PSOE pretende dejar cerrada su crisis en unas semanas, lo que suscita dudas sobre el diagnóstico que ha hecho la cúpula socialista de lo ocurrido: la crisis ha golpeado a los partidos gobernantes en toda Europa, ciertamente, pero lo sucedido aquí el 22 de mayo en las autonómicas y municipales y el 20-N en las generales revela una muy profunda desafección de la sociedad hacia el PSOE que trasciende de la coyuntura y obliga a sospechar que han fracasado el ideario, la organización, la estrategia. Por ello mismo, es muy dudoso que el hundimiento socialista pueda resolverse en poco tiempo, con las mismas personas que han gestionado la hecatombe y sin una previa y profunda reflexión de gran calado y abierta a toda la sociedad.