El PP interpreta como un pulso al líder nacional la destitución de Granados
MADRID.Actualizado:La decisión de Esperanza Aguirre de destituir de forma fulminante al secretario general del PP de Madrid, Francisco Granados, se interpreta en la dirección nacional del partido y en el entorno de Mariano Rajoy como un aviso de la presidenta de la Comunidad de Madrid al futuro presidente del Gobierno de que no va a permitir tener 'submarinos' de la dirección nacional del partido en su equipo. Granados había realizado en las últimas semanas gestos amistosos hacia los colaboradores de Rajoy que Aguirre interpretó como un distanciamiento.
Aunque ahora se mantengan las formas, la escasa sintonía entre la presidente madrileña y el líder del PP está ahí. Son los rescoldos de las pugnas de 2008, cuando Aguirre vetó ante Rajoy la candidatura a diputado del alcalde Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, y después participó entre bambalinas en los intentos de descabalgar al líder del partido tras la derrota en las elecciones de hace tres años.
La presidenta autonómica y del PP regional alegó pérdida de confianza para prescindir de Granados solo tres días después de las elecciones generales, en las que los populares obtuvieron un excelente resultado en Madrid. Fue una decisión inesperada que el secretario general conoció apenas media hora antes de la reunión de la dirección del PP madrileño, que ratificó, aunque sin unanimidad, la decisión de su presidenta.
Segunda vez
Esta no es la primera vez que Aguirre prescinde de Granados. Después de las elecciones municipales del 22 de mayo tuvo que dejar la Consejería de Presidencia, Justicia e Interior en el Gobierno regional por orden de la presidenta, que le relegó a la secretaría regional del partido hasta este miércoles.
Aguirre colocó en ese puesto a su mano derecha y vicepresidente del Gobierno regional, Ignacio González, un dirigente que también participó en el hostigamiento a Rajoy en la primavera de 2008, y con el que el destituido Granados mantenía un enfrentamiento claro. El relevo tiene varias lecturas, entre ellas la preparación de la sucesión de la presidenta tanto en el partido como en el Ejecutivo autonómico, según apuntan en el PP madrileño.