BERLÍN Y LA NUEVA CANOSSA
Actualizado: GuardarCualquier dirigente político que gane unas elecciones legislativas en la llamada zona del euro debe saber que recibirá, con la carta de felicitación de rigor, un recordatorio de Angela Merkel llamándole al buen orden del rigor presupuestario, las reformas incesantes y, lo último del lote, la hostilidad hacia la teoría de «deuda soberana para todos» o la aceptación del enemigo llamado eurobono.
Se ha escrito ya que la canciller alemana ha propinado el consabido recuerdo a Mariano Rajoy, mezclado con la exhortación de las agencias de calificación de riesgos, alegrándose de su gran éxito electoral. Es posible que el interesado tal vez altere la costumbre de sus antecesores de visitar Marruecos en su primer viaje exterior para ir a Berlín, donde se expenden los certificados de buena conducta.
Berlín es la nueva Canossa y el camino hacia la gran ciudad no tiene que ver con la querella de las investiduras que llevó allí a un emperador alemán para implorar la absolución de un Papa severísimo, Gregorio VII. Y la obtuvo, a base de contrición y promesas, receta válida hoy. El encuentro se producirá en medio de la controversia que hoy se abrirá oficialmente con la presentación del 'libro verde' de la Comisión europea con el proyecto de eurobonos en el que ha trabajado a fondo el comisario Olli Rehn.
Hay que recordar que la visión de Merkel de la crisis financiera europea recibe una holgada aprobación popular en Alemania, algo que también explica, además de las convicciones, la rígida posición de la jefa del Gobierno federal. Nicolas Sarkozy y Mario Monti saben algo de esto y el presidente francés lo lleva con solvencia técnica, buena cara y perfil bajo. Monti tiene menos que perder porque no espera a medio plazo el refrendo del público (es un técnico para un tiempo concreto) y el francés hace -y hace bien- todo lo necesario para sortear la latente amenaza de que las célebres agencias priven a la deuda soberana gala de su tercera 'A'. Posible. salvo, tal vez, que copie a Angela Merkel.