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ESPAÑA

Artur Mas anuncia otro tijeretazo de mil millones de euros en Cataluña

Habrá una rebaja del sueldo de los funcionarios, una subida de las tasas e introducirá el copago por receta dispensada

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Artur Mas inauguró la novena legislatura catalana pidiendo «sangre, sudor y lágrimas» a la población y ahora, casi un año después de su investidura, el president de la Generalitat vuelve a apelar a la vieja receta de Winston Churchill, pronunciada en 1940 en plena Segunda Guerra Mundial. Avalado por un resultado histórico en las urnas, CiU se impuso el domingo pasado en Cataluña por primera vez en unas elecciones generales, el Govern de la Generalitat anunció ayer más recortes sociales para el año que viene y reclamó nuevos sacrificios a los catalanes.

Reforzado por el apoyo ciudadano expresado en las urnas, a pesar de que la Generalitat temía que su política de austeridad supondría un desgaste para sus candidatos -en plena campaña sufrió tres jornadas de huelga, en la sanidad y en la universidad-, Mas no ha esperado a conocer la hoja de ruta del futuro presidente del Gobierno y se colocó en cabeza de los gobiernos recortadores. «No hay nadie más en España que pida los sacrificios que pide este Govern», dijo el jefe del Ejecutivo autónomo, que cree que tarde o temprano los ajustes «deberán hacerse» en todo el país.

El Govern quiere lanzar un mensaje a los mercados de que Cataluña cumplirá con el objetivo de déficit. Los recortes seguirán, pues, en 2012, pero serán diferentes a los de 2011. En esta ocasión, el Ejecutivo catalán no meterá la tijera por el lado del gasto y por tanto no habrá nuevos cierres de quirófanos ambulatorios o camas hospitalarias ni despidos en el sector educativo. Y es que la Generalitat reconoce que no se puede ajustar más por ese lado. Porque si lo hiciera, después del recorte del 10% aplicado este año, podría en peligro servicios básicos del Estado del bienestar. «Hemos tocado hueso», dijo Mas.

Así, los mil millones que espera el Govern ahorrarse en 2012 con el nuevo tijeretazo vendrán del esfuerzo de los funcionarios, a los que bajará el sueldo otra vez, y de la población en general, que pagará más por algunos servicios públicos, como el canon del agua, la gasolina, el transporte metropolitano y las tasas universitarias.

Otra vez sin paga

Mas no precisó en cuánto se incrementarán ni tampoco dijo cuánto tendrán que apretarse el cinturón los empleados públicos -«no serán reducciones porcentuales importantes», se limitó a decir-. Eso sí, anunció que los altos cargos tendrán que volver a renunciar a una paga extra entera, como harán con la de Navidad de este año, lo cual significará «la reducción de entre el 20 y el 25%» de su sueldo en dos años.

Sin embargo, la medida más controvertida será la que Mas denominó «ticket moderador» o «barrera de acceso» y que de alguna manera es una forma de copago, aunque técnicamente sean conceptos distintos. Desde el Govern repiten por activa y por pasiva que el modelo actual de servicio público de salud, tal y como está concebido, es insostenible. Por ello, ya antes de las elecciones empezaron a introducir el debate sobre la conveniencia de pagar por algunos conceptos. Con el ticket moderador, la Generalitat pretende moderar el consumo de medicamentos mediante el cobro de una tasa o peaje por cada receta farmacéutica dispensada en la sanidad pública.

Es una medida, explicó, para «evitar abusos» en la compra de medicamentos. Mas descartó que la Sanidad pública catalana vaya a cobrar por ir a un hospital, a un ambulatorio o a un especialista.

El presidente de la Generalitat señaló que todos estos ajustes, traumáticos en época de crisis, no serían necesarios si la «herencia» recibida del tripartito no hubiera dejado las cuentas como están. Al borde de la bancarrota, según han expresado desde la Generalitat en alguna ocasión. Y el Govern no las habría puesto en marcha, añadió Mas, porque no le habría hecho falta si tuviera autonomía financiera, como la que pretende con el pacto fiscal, en la línea del concierto económico.