Los inversores castigan a España
Las agencias de calificación aconsejan al nuevo Gobierno que anuncie cuanto antes más reformas fiscales y presupuestarias
MADRID. Actualizado: GuardarLos inversores se impacientan y las agencias de calificación tensan la cuerda al reclamar que Mariano Rajoy comunique cuanto antes las nuevas «y ambiciosas» medidas que le permitirán cumplir sus compromisos de reducción del déficit. El Tesoro tuvo que pagar ayer el interés más elevado de los últimos 18 años para colocar títulos a corto plazo, por encima del 5%, una rentabilidad que ya supera la aceptada por Grecia y Portugal para captar fondos en las últimas subastas. Pero estos dos países europeos, que han sido objeto de rescate, en realidad no compiten para financiarse en el mercado, al disponer de créditos especiales de la UE y el FMI.
El nerviosismo del mercado de deuda se contagió a la bolsa, y el Ibex 35 perdió el nivel psicológico de los 8.000 puntos, por vez primera desde septiembre, al cerrar con una pérdida del 1,45% y quedar en 7.905 unidades. Los valores más penalizados fueron los bancarios. Entre ellos, CaixaBank cayó el 3,58%, mientras el Santander cedió el 2,68% y BBVA bajó el 1,89%. Al concluir la sesión bursátil, la prima de riesgo de España había escalado 5 puntos básicos, hasta 469, pero posteriormente evolucionó a la baja.
Los principales parqués europeos también cerraron en rojo. El Dax de Fráncfort cedió el 1,22%, quedando en 5.537,39 puntos. Buena parte de la culpa la tuvo el hundimiento de Commerzbank en un 15,13%. La cotización de este banco cayó a su nivel más bajo de la historia, por los temores a que necesite más capital de lo inicialmente esperado. El Footsie 100 de Londres cayó el 0,30% y el selectivo CAC 40 de París se dejó el 0,84%.
La subasta de letras del Tesoro se saldó con unas rentabilidades de escalofrío, más aún cuando se trata de financiación a corto plazo y tampoco la demanda de este tipo de títulos fue tan abundante como otras veces. Las letras a seis meses han pasado de pagar un cupón del 3,30% en la subasta anterior, realizada el pasado 25 de octubre, a comprometer una rentabilidad del 5,22%. Con una demanda equivalente a casi tres veces la oferta, se colocaron títulos por 966 millones de euros. En las letras a tres meses, la retribución se disparó al 5,11%, desde el 2,29% de la precedente puja. La demanda fue equivalente a 2,8 veces el importe adjudicado, que se quedó en 2.012,22 millones de euros.
Pese a las tensiones de las últimas subastas, el Gobierno se ha propuesto no modificar el calendario y mantener las citas del Tesoro con los inversores en lo que resta de año. El efecto que para la imagen de España tendría la supresión de una subasta sería peor que el impacto económico de soportar el encarecimiento de las emisiones.
Perjudica a todos
Según cálculos de la agrupación de técnicos del Ministerio de Hacienda Gestha, el sobrecoste de la subasta de letras del Tesoro asciende a 23,5 millones de euros respecto a las últimas emisiones del mismo plazo. El corto vencimiento de los títulos también limita su impacto en el tiempo. Pero el clima de sequía financiera y del crédito perjudica gravemente a todos los agentes económicos, desde las entidades financieras a las empresas y familias. La banca, que busca a toda costa recursos de clientes por el cierre de los mercados mayoristas, tiene que competir ahora con la altísima rentabilidad de letras y obligaciones.
Los propios inversores son conscientes de que la fuerte penalización que debe pagar España en los últimos días -un tipo de interés del 7% a diez años, y del 5% en las letras- responde a que, en medio de la tormenta de la crisis de la deuda se está produciendo la transición hacia un nuevo gobierno con mayor lentitud de lo deseado. «No creo que la prima de riesgo de España sea esta», aseguró Lorenzo Dávila, jefe del departamento de Investigación del Instituto de Estudios Bursátiles, para quien el resultado de la subasta supone una llamada de atención a Rajoy para que revele «cuanto antes» sus medidas y los nombres de quienes compondrán su equipo económico.
En este apremio coinciden las agencias de calificación Fitch y Standard & Poor's. La primera ha recomendado al nuevo Ejecutivo que «sorprenda al mercado» con un programa «radical y ambicioso» de reformas fiscales y estructurales. Considera que el apoyo obtenido por el PP en las urnas le proporciona una «ventana de oportunidad» para impulsar las reformas.
En concreto, Fitch mantiene la nota atribuida a la deuda de España en AA-, pero también la perspectiva negativa, lo que indica que no prevé mejoras. Y detalla riesgos como las dificultades de las autonomías para cumplir con el déficit o el débil crecimiento económico.
Standard & Poor's reconoció las posibilidades que tendrá el nuevo Ejecutivo de Rajoy para actuar, pero le reprochó no haber explicitado sus propósitos. Por eso también mantuvo la perspectiva negativa en su análisis, porque la economía y las finanzas públicas continúan sometidas a presiones, entre ellas, el paro y el parón de la actividad.