Ibrahimovic contra Guardiola: primer asalto

Dice Sergio Busquets que «el Barça juega contra el Milan, no contra Ibrahimovic». Lamenta Clarence Seedorf que «con todas las cosas que pasan en el mundo solo se hable del reencuentro de Ibrahimovic con Guardiola», y espera que se den la mano antes del choque para acabar con todo esto. Pero ni el joven centrocampista azulgrana ni el veterano 'rossonero' van a impedir el gustazo periodístico de presentar este apasionante pulso entre dos grandes escuadras europeas como el día del morboso cruce entre el delantero sueco y el «filósofo» que acabó con su sueño de jugar en el Barça, como calificó Zlatan Ibrahimovic a Pep Guardiola en una versión suave de los improperios que le lanzaría después.

Tras esquivarse en julio en la Copa Audi de Múnich, cuando 'Ibra' saludó de forma efusiva a sus excompañeros mientras él y el técnico de Santpedor jugaban al despiste (no se enfrentaron, pero sí vieron un partido del torneo desde el césped sin mirarse pese a estar a solo diez metros de distancia), en septiembre se produjo un intento frustrado que olió a espantada de 'Ibra': no viajó a Barcelona alegando molestias físicas y se perdió el 2-2 del Milan en el Camp Nou en esta mismo grupo de la Liga de Campeones.

Ahora, casualmente días después de la publicación de una biografía en la que Ibrahimovic arremete contra Guardiola e incluso contra los futbolistas del Barça, tildados de «colegiales» que le obedecen en todo, el reencuentro es inevitable. Sí, en San Siro, con los dos equipos clasificados ya para octavos de final de forma matemática, está en juego el primer puesto del grupo, un caramelo que supone un bonus económico para el club y el factor campo en la siguiente ronda, pero todos los ojos estarán pendientes de Ibrahimovic y de Guardiola, incluso los de Busquets y Seedorf.

«Le daremos un 'valium' para que se tranquilice», señaló el técnico del Milan, Massimiliano Allegri, con buen humor pero también con un punto de inquietud hacia el comportamiento de un futbolista con un amplio repertorio en sus equipos (Ajax, Inter, Barça y Milan) de actitudes hostiles hacia rivales y compañeros.

Pese a ese historial, Guardiola se encaprichó con su fichaje en el verano de 2009, enamorado de su indiscutible calidad futbolística y convencido de que sería el mejor relevo para Eto'o. Pero un año más tarde, en la operación más ruinosa de la historia del club azulgrana (costó 49,5 millones de euro más los 20 en los que se tasó a Eto'o, que se fue al Inter), pidió su venta por un problema de convivencia.

En los últimos días de agosto de 2010 se consumó su traspaso al Milan por menos de 20 millones. Y mientras firmaba la rescisión de su contrato, ya advirtió a Sandro Rosell, que se encontró con la papeleta recién aterrizado a la presidencia: «Dígale al filósofo que si me lo encuentro igual se me escapa un brazo y le doy un golpe», le espetó.

En lo deportivo, Iniesta no viajó por precaución tras un golpe sufrido ante el Zaragoza y se unió a las bajas del sancionado Alves y de los lesionados Adriano y Afellay.