Nadal sucumbe a la perfección de Federer

Doblegar a Rafa Nadal en apenas una hora es extremadamente complicado. Meterle un 'rosco' a un tenista conocido por su poderío mental y su lucha incansable es tremendamente difícil. Pero perfeccionar un deporte de la forma que lo hizo el tenista más grande de todos los tiempos este martes ante Nadal, es prácticamente imposible de volver a repetir. Con una derecha bendecida por los dioses, un revés más dañino que nunca, un saque perfectamente engrasado y un juego de pies inmejorable, los 28 tiros ganadores del suizo en apenas quince juegos dan una buena muestra de la superioridad del exnúmero uno.

Los primeros compases del encuentro estuvieron marcados por la supremacía de ambos servicios. Pero rápidamente la derecha del suizo tomó todo el protagonismo. El golpe por excelencia del mejor jugador de la historia despegaba de su raqueta con más velocidad que nunca. A esa rapidez inusitada se le sumaba una colocación inmejorable, acompañada de una posición en la pista incuestionable para dominar completamente los puntos con ese golpe. Cada vez que le pegaba delante del cuerpo, asentado la pista, era un tiro ganador ante el que poco podía hacer el balear.

Al tiempo que el suizo flotaba sobre la pista londinense, el español intentaba por enésima vez buscar con su 'drive' cruzado el revés del helvético. Pero no era el día. El momento del suizo y las condiciones de la pista eran demasiado para el manacorense. Ante la perfección suiza, su derecha demasiado 'sobreliftada' era incapaz de dañar un revés que hirió al balear más que nunca. El choque, convertido en un auténtico recital de potencia y perfección de Federer , se llevó consigo un primer set en el que el balear estuvo lejísimos del número cuatro del mundo.

Si el acto inicial había sido una auténtica exhibición de Roger Federer, el segundo no se quedó atrás. Es más, la diferencia entre ambos jugadores aumentó. Mientras el suizo continuaba con sus tiros inmejorables, la debilidad desde el fondo de pista del español estaba acompañada de un servicio excesivamente débil.

Porque el helvético restaba a su antojo. Encima de la línea de fondo, dominando el punto, el campeón la temporada pasada hacía lo que quería con la bola.

Y ante un rival como el que tenía enfrente el seis veces campeón de Roland Garros poco se pude hacer. Además, los habituales altibajos del ganador de 16 títulos de 'Grand Slam' no aparecieron, lo que propició que completase un festival tenístico de principio a fin. En definitiva, Rafa Nadal tuvo este martes delante un rival que logró su segunda victoria en la Copa Masters y que sencillamente se limitó a perfeccionar este deporte.