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PAN Y CIRCO

LA LEY DEL SILENCIO

JOSÉ CARLOS COTORRUELO
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Sshh! Silencio, que la afición no alce la voz no vaya a ser que nuestros jugadores, entrenador y director deportivo se descentren o se sientan presionados. Es mejor callar. Que no seamos capaces de ganar a un equipo que salió el mismo día del partido a las 6 de la mañana para Cádiz y con un gran cansancio acumulado en sus piernas, no se puede decir. Que de las 14 jornadas de liga disputadas hayamos estado siete fuera de los puestos que dan derecho a jugar por el ascenso, y que todavía no hemos pasado de la tercera plaza, tampoco se puede decir. Que a muchos cadistas nos parezca increible que tras superar un tercio de la Liga vayamos cuartos y a seis puntos del líder, no lo debemos decir públicamente. Que un equipo supermodesto que no sabemos bien cómo se llama, si Unión o Caravaca, solo poniendo pundonor puntúe en nuestro campo, no lo digamos que se pueden molestar los que dirigen los designios de nuestro equipo. Que sigamos aumentando la leyenda negra en la historia del Cádiz con sendos empates ante el equipo murciano y el Sporting Villanueva tampoco lo debemos decir. Que muchos abonados (con lo que cuesta hoy en día sacarse el abono) piensen que nuestro equipo no juega a nada, ¡sshhh!, cuidado. Que parte de la afición esté más quemada que las pistolas del Coyote y pida por primera vez la cabeza del entrenador, tampoco se puede decir. Para muchos, los aficionados solo deben aplaudir al equipo cuando juega bien y callar y mirar para otro lado cuando juega mal o pierde. Nada de criticar, eso no es de cadistas. Nosotros debemos aguantar los palos y las desilusiones sin pedir explicaciones, que va en nuestro sueldo como cadistas. Que veamos a nuestro equipo en la ruina económica y en el pozo de la 2ªB lo debemos llevar con estoicismo. Por último, en cuanto a los cánticos en contra de nuestro entrenador, creo que muestran el malestar de parte de la afición en un momento caliente, solo eso. Él es la cabeza visible del equipo, y creo que de momento es una anécdota, eso sí, muy dolorosa. ¿Justos o injustos? Opinen ustedes, yo me someto a la ley del silencio.