Sede central de la entidad financiera intervenida, situada en una céntrica calle de Valencia. :: MANUEL BRUQUE / EFE
Economia

El Banco de España nacionaliza el Banco de Valencia

El FROB le inyecta 1.000 millones de euros en capital y le abre una línea de crédito de otros 2.000 para garantizar su liquidez

,MADRID. Actualizado: Guardar
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El Banco de España dejó que pasaran las elecciones y no esperó un minuto más para pedir la suspensión de cotización del Banco de Valencia e intervenirlo, en lo que constituye la cuarta acción de este tipo que lleva a cabo el supervisor en la actual reestructuración del sector, después de las que protagonizaron Caja Castilla-La Mancha (CCM), CajaSur y Caja del Mediterráneo (CAM). Las otras tres eran cajas de ahorro, y ahora se trata del primer banco nacionalizado, si bien el problema se reduce por tratarse de una institución de pequeño tamaño, cuyos 24.000 millones de activos apenas representan el 0,74% del total del sistema financiero español. Colocadas CCM y Cajasur, el instituto emisor engrosa su cartera de entidades a la venta. Además de subastar la CAM, también se propone sacar a la puja Banco de Valencia una vez estabilizado y recapitalizado.

El Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) entrará en el Banco de Valencia, sustituirá al equipo gestor por su propio personal directivo, y procederá a inyectarle 1.000 millones de euros de capital. También proporcionará a la entidad una línea de crédito de 2.000 millones de euros con el fin de que tenga la liquidez necesaria para seguir funcionando. Tras adoptar estas decisiones, el Banco de España asegura que «los depositantes y acreedores pueden estar tranquilos» porque la veterana institución valenciana -su origen se remonta a hace 110 años- podrá seguir operando con normalidad y cumplirá todas sus obligaciones.

Propietario de un 39% del Banco de Valencia es el Banco Financiero y de Ahorros (BFA), la matriz de Bankia, resultante a su vez de la fusión de las cajas de ahorro de Madrid, Bancaja, Canarias, Ávila, Segovia y La Rioja y Laietana. Durante la reestructuración que acompañó al proceso de integración, las acciones del banco valenciano, pese a estar cotizadas, se quedaron en BFA, que no está en Bolsa, y ahora son consideradas una «inversión financiera», y no estratégica. BFA aseguró, en un comunicado remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores, que la intervención de su participada no tendrá impacto significativo en su solvencia.

La actuación del instituto emisor ha provocado la dimisión de José Luis Olivas de la vicepresidencia ejecutiva de Bankia y también del puesto de número dos de BFA. Procedente de Bancaja, cuya presidencia desempeñaba desde 2004, Olivas se había hecho cargo del Banco de Valencia cuando ya se habían detectado los problemas, y el entonces responsable, Domingo Parra, no lograba hacerles frente. Durante ocho meses compatibilizó las responsabilidades en el banco valenciano y en Bankia, apoyado por un nuevo ejecutivo, Aurelio Izquierdo, pero el 31 de octubre pasado dejó la institución ahora intervenida, al parecer sin comunicarlo previamente al presidente Rodrigo Rato, con quien las relaciones se habrían deteriorado.

Formalismo

El Banco de España declara haber actuado también en este caso «a petición del consejo de administración de la entidad bancaria», lo que es en realidad un formalismo. Su decisión se produce después de que una exhaustiva inspección del supervisor evaluara la situación financiera y patrimonial del banco, detectara carencias de capital que algunas fuentes han evaluado por encima de los 800 millones de euros y le pidiera dar una «solución urgente y definitiva».

Al deterioro de la situación se había llegado, también en este caso, porque la generación de recursos de Banco de Valencia no le permitía hacer frente a las dotaciones necesarias para enjugar las pérdidas esperadas de unos activos problemáticos. Su exposición al riesgo inmobiliario se cifra en 3.187%. Los administradores de Banco de Valencia no pudieron adoptar las medidas adecuadas para asegurar su viabilidad futura, según ha constatado el instituto emisor.

Los intentos de encontrar un comprador para Banco de Valencia dentro del sistema financiero español, llevados a cabo por el banco de negocios Lazard a instancias de BFA, pusieron de manifiesto las dificultades de ese empeño y la intervención ha sido inevitable.