Hay vida más allá de los mercados

Los mercados nos han vuelto a demostrar lo que pretenden. Parece ser que el cumplimiento de las directrices que se nos están haciendo para 'salvar' nuestra economía, aún no es suficiente. Querían más. Y modificamos nuestra Carta Magna, para demostrar que nuestra Constitución se compromete a atender la deuda de nuestro país antes que los derechos de sus ciudadanos. Hay que rendir más sacrificios en el templo del capitalismo para que la Bestia se calme. pero nuestro asombro es que el dios del dinero es insaciable. ¿Hasta cuándo? Muy sencillo, hasta que la ruina de los países sea suficiente como para que las grandes financieras se puedan apoderar de ellos, marcando definitivamente la muerte de las democracias, supeditados de por vida a los intereses del mercado. O hasta que digamos ¡basta ya! y descubramos que no es imprescindible vivir sometidos a la dictadura de sus caprichos. El caso de Islandia, tan sospechosamente silenciado lo ha demostrado.