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ESPAÑA

El equipo del presidente

Algunos de los miembros del círculo de confianza de Rajoy le acompañarán en el Gobierno, otros seguirán en el partido

ANTONIO MONTILLA
MADRID.Actualizado:

No todo el mundo sabe estar a las duras y a las maduras. Mariano Rajoy, antes del triunfo, ha paladeado el amargo sabor de la traición o el distanciamiento de un importante número de colaboradores, al igual que ha pasado por el mal trago de dejar en la cuneta a alguno de los suyos. Hombres y mujeres que, de una manera u otra, han cimentado el éxito de este 20-N. Personajes como José María Aznar, que lo señaló como sucesor; pero también el de Javier Arenas y Francisco Camps, que salvaron al ahora aclamado líder de ser derrotado en el congreso que los populares celebraron en Valencia en 2008.

Rajoy se mantuvo en pie gracias, en parte, al éxito de Alberto Núñez Feijóo en las elecciones gallegas de 2009. Una victoria que marcó un punto de inflexión para los 'marianistas' que germinó con los históricos resultados en el País Vasco y Cataluña de Antonio Basagoiti y Alicia Sánchez Camacho. La confirmación llegó el 22 de mayo pasado, con el 'tsunami' de votos que recibió el PP en las autonómicas y en las municipales, con los máximos exponentes de las victorias de María Dolores de Cospedal en Castilla-La Mancha o José Antonio Monago en Extremadura. Además de todos ellos, un reducido grupo de confianza se ha convertido en el sanedrín de Rajoy en los últimos años.

Soraya Sáenz de Santamaría

Rajoy apostó por ella en 2008 para relevar a Eduardo Zaplana, uno de los máximos exponentes del PP de José María Aznar, al frente del grupo parlamentario popular. Su primer reto fue ganarse la confianza de sus propios diputados, que la veían demasiado bisoña como para ser la voz del PP en la Cámara Baja. En estos casi cuatro años de legislatura se ha curtido en mil batallas dialécticas con rivales de la talla de la exvicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega; o más recientemente con Alfredo Pérez Rubalcaba o Elena Salgado. «De lo que de mí dependa, tendrá un brillante futuro político», dijo Rajoy de ella en un reciente mitin de campaña. Es un secreto a voces que es la única que, hoy por hoy, sabe a ciencia cierta que será ministra en el primer Ejecutivo de Rajoy.

Jorge Moragas

Ha estado presente, como coordinador de presidencia de Mariano Rajoy, en todas las discusiones internas sobre los asuntos más relevantes del partido. Su estrecha relación con el presidente del PP ha despertado, incluso, recelos en otros miembros de la cúpula popular. Y es que, además de labores domésticas, ha diseñado la agenda internacional del líder. «Jorge Moragas un puntal decisivo de lo que ha ocurrido en el PP en los últimos años». Más allá de la frase en sí, lo importante es que su autor es Mariano Rajoy.

Ana Mato

Conoce a la perfección todos los entresijos de Génova 13. La ausencia física de la secretaria general del PP -desde que María Dolores Cospedal se convirtió en presidenta de Castilla-La Mancha apenas si pasa tiempo en Madrid- le hizo asumir responsabilidades que iban más allá de su cargo de secretaria de Organización. Para algunos presidentes regionales es su única interlocutora. Como máxima responsable de la campaña, parte del éxito es suyo. Marcó las pautas para evitar que el candidato arriesgara en una recta final donde tenía mucho que perder y poco que ganar. Su adhesión al proyecto de Rajoy es tal que no ha puesto reparo alguno en que Sáenz de Santamaría vaya por delante en la candidatura por Madrid.

Miguel Arias Cañete

El día después de la derrota de las elecciones generales de 2008, Rajoy regresó a la sede nacional del partido y sólo se encontró a dos personas. Una de ellas era Miguel Arias Cañete, la otra, Ana Pastor. Desde entonces, el líder del PP tejió un vínculo aún más firme con Cañete, hasta el punto de que en el congreso de Valencia le nombró presidente del comité electoral del PP. Además, son suyas muchas de las aportaciones económicas -sobre todo en todo aquello relacionado con los intereses españoles en la Unión Europea-. Cañete cuadra a la perfección con el perfil de 'ministeriables' que ha dibujado el propio Rajoy.

Pedro Arriola

Un clásico incombustible en la estructura interna del PP, y siempre en la sombra. Con mucha voz, pero siempre sin voto, asesora a los presidentes populares desde 1989, año en el que comenzó a trabajar junto a Aznar. Esposo de Celia Villalobos, su principal misión ha sido la de escudriñar las encuestas y perfilar el mensaje. Basándose en datos demoscópicos, aconsejó a Rajoy que centrara el discurso del PP y que resumiera su acción de gobierno en la economía y el desempleo, sus dos puntales argumentales en esta campaña, olvidándose del terrorismo.