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EL RAYO VERDE

PARADÓJICO 20N

LALIA GONZÁLEZ SANTIAGO
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La gravedad de la situación económica relega a un plano cenital la mayoría de los matices de este 20N. Tendrá muchas lecturas, pero sobre todas ellas sólo importará el mensaje que Rajoy lance en cuanto haya un porcentaje escrutado suficiente como para cantar su victoria. Se espera que esa calculada ambigüedad de toda la campaña acabe en ese momento, porque unas horas después, cuando despertemos, el dinosaurio de los mercados, de la presión de la prima de riesgo, seguirá ahí, como las tasas de paro, la sangría de las empresas y la caída de la actividad en general. ¿Qué dirá, qué hará? Sin duda no es descabellado esperar el mensaje de 'sangre, sudor y lágrimas', porque en eso estamos ya, pero hay que reclamar una actitud decidida y fiable para que Europa y el mundo del dinero acepten dar al país un tiempo de confianza.

Estamos ante la gran paradoja de una jornada electoral átona, de la que no se espera ninguna sorpresa considerable, pero más decisiva que nunca. También ante un gobierno previsiblemente con el mayor respaldo ciudadano en mucho tiempo, pero con el menor margen de maniobra de la historia, teledirigido por Berlín y Bruselas y en el debate crítico de si la política podrá dominar a las fuerzas económicas o si el Estado va a ser rehén de éstas. Por debajo de todo ese debate teórico, la incertidumbre generalizada, la depresión y el miedo en una sociedad que hasta ayer mismo se creía rica y que ahora descubre que no tiene ni siquiera ideas, que son baratas, para construir el futuro. A la vez, los ciudadanos están hartos, cansados, indignados -participen o no del movimiento de tal nombre- y reclaman un cambio radical de actitudes, de actuaciones, incluso de actores, y, sobre todo, una regeneración ética que devuelva la dignidad a la política. ¿Será capaz el nuevo poder de responder a esta exigencia? Y ¿quién lo controlará, en un panorama de hegemonía popular como nunca hasta ahora, si el PSOE no consigue una representación suficiente como para ser un contrapeso eficaz desde el centro-izquierda?

Aún más, en medio de todo este marco global hay un foco local de interés y son los resultados de Andalucía, considerados a todos los efectos un test de las autonómicas de marzo. Los socialistas pueden perder por primera vez frente al PP en su gran bastión y la lectura de los datos de esta noche tendrá consecuencias inmediatas en el partido a todos los niveles. En la escala provincial, oficialistas y críticos se ajustarán cuentas según valoren los votos que consigan. Un buen resultado reforzaría a Pizarro y Cabaña y uno malo avalaría que Sevilla tome medidas. Igualmente, una debacle andaluza podría hacer que Ferraz actuara sobre la candidatura de Griñán para intentar evitar in extremis la pérdida de la comunidad autónoma. Las discusiones internas, en pleno proceso de congreso extraordinario, no contribuirían precisamente a reforzar el liderazgo ni, por ende, las perspectivas electorales socialistas ante un Javier Arenas pletórico.

Todo ello a partir de esta noche. Seguiremos informando.