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Victoria de campeonato

El Madrid defiende el liderato en Mestalla en su mejor momento, aunque sin los lesionados Di María, Kaká y Coentrao

MADRID Actualizado: Guardar
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El Madrid logró una de esas victorias de campeonato en Mestalla ante un Valencia que se agarró a un soberbio Soldado -Del Bosque debe tomar nota- para merodear el empate. En un duelo bronco, polémico e incierto hasta el final, pese a que los de 'Mou' se situaron con 0-2 y 1-3, el bloque del portugués superó un duro escollo y cosechó su undécima victoria consecutiva, entre Liga y 'Champions', para consolidarse como líder. Fue un golpe de autoridad, aunque a los de 'rojo' -se acercan las Navidades y los niños piden camisetas a los Reyes Magos- les faltó más fútbol en el centro del campo y menos distracciones defensivas para cerrar antes un triunfo que resultó agónico y supone la primera derrota de los de Emery en su feudo.

Por la forma de celebrar la victoria, que llega además después de un parón por las selecciones que siempre resulta peligroso para los grandes por el desgaste en los viajes de su estrellas, los madrileños se ven en la senda del título. Tuvieron la virtud de jugar cuando pudieron, de golpear y de no arrugarse en ningún momento en un territorio antes amigo y hostil en los tiempos modernos. El duelo acabó con un lío monumental, ya que los ches reclamaron de forma masiva penalti por una supuesta mano de Higuaín junto a la raya de gol. Desde atrás, parece que le golpeó en el pecho. La acción vino precedida de un remate al travesaño. ¿La suerte de los campeones?

Hubo sorpresas sonadas en las alineaciones de ambos equipos. Emery cambió de portero, dejó en el banquillo a Guaita, el titular de la Liga, y apostó por la experiencia del brasileño Diego Alves, el 'jefe' de la garita en la 'Champions'. Y ante las bajas ya conocidas de Canales y de Banega, sus dos centrocampistas más técnicos y llegadores, dio la oportunidad de Parejo. No había contado apenas este curso con el exmadridista pero pensó que saldría muy motivado. Se equivocó porque fue un jugador menor. Fue reemplazado por Jonas mediada la segunda parte.

Vuelta conservadora

Mourinho dio una vuelta conservadora al Madrid. Dejó claro que en las grandes citas prefiere reforzar la zona ancha con un 'trivote', si bien es verdad que Khedira jugó bastante adelantado, casi como media punta. Presionó el alemán a destajo la salida de los defensores. Dejó fuera a Higuaín y tiró a Özil a la derecha, en la posición habitual de Di María, ausente por lesión.

El choque comenzó a toda mecha, con las líneas de unos y otros muy juntas y una gran pugna, entonces muy deportiva, por el balón y la posición. Emery trabajó duro en el aspecto psicológico para que su Valencia no fuera el equipo acomplejado que el curso pasado ya perdía 0-4 al descanso. Por eso, debió maldecir cuando observó el despiste injustificable que generó el 0-1, a los 20 minutos.

Permitieron los locales sacar rápido una falta a Xabi Alonso en propio campo y a Benzema ganar la espalda a la defensa antes de batir con suma habilidad y precisión a Alves. Los de 'Mou' lo hicieron de cine pero el error fue mayúsculo. El control del francés con la derecha y su zurdazo, cerca de la escuadra, definen a un delantero excelente. Fue una jugada clave porque obligaba a los locales a cambiar de registro al ir a remolque. Tino Costa inquietó con un gran disparo que se marchó cerca del palo izquierdo de Casillas y Benzema perdonó, por romperla en vez de acariciarla, tras gran jugada de Lass convertido en extremo.

A raíz del gol, el Madrid dominó con claridad el primer tiempo. Estuvo atentísimo en defensa, notable en el toque y ambicioso en ataque. Apenas sufrió ocasiones en contra, salvo un cabezazo de Mathieu que desvió Arbeloa con el pecho -en la grada se pidió penalti y Mourinho se reía en su banquillo- y solo le faltó cerrar el partido. Cristiano dispuso de una ocasión clarísima, tras una acción soberbia de Benzema, con robo, progresión y pase incluidos, pero la salvó Alves con el pie.

Bronca

El portugués, que llegó tocado de la repesca, se resarció con una segunda mitad soberbia. Se las tuvo tiesas con Albelda, quien tiró de experiencia para sacar tarjetas a los rivales. El choque se endureció en la segunda mitad y, muy pronto, Mourinho cambió a Albiol por Arbeloa, amenazado por una tarjeta en la banda fuerte del Valencia, por donde percuten Mathieu y un Jordi Alba que teatralizó en exceso.

Teixeira Vitienes, perseguido por unos y otros tras cada falta, intentó contemporizar. Perdonó la expulsión a Tino Costa. La bronca eclipsó al fútbol y perjudicó al Valencia, el que más la buscó. En pleno fragor, el Madrid golpeó de nuevo a balón parado.

Ramos cabeceó un saque de esquina y la clavó junto al palo. Se lo dedicó a Mourinho en una celebración más típica de un título. El partido parecía finiquitado pero el Madrid se distrajo antes de tiempo. Soldado acortó distancias con un remate inverosímil, tras paradón de Iker a Pablo Hernández, y encendió de nuevo Mestalla.

En un final eléctrico, Cristiano se lució tras error en la salida de Alves y una mala defensa de Albelda, que se dio la vuelta ante el disparo, y 'Mou' se subió a hombros de Callejón para festejarlo. Pero Soldado volvió a ejercer de ariete de selección al rematar un centro de Pablo Hernández, al que dejó alcanzar la línea de confianza un confiado Marcelo. El Madrid sufrió hasta el final agarrado en el alambre.