El Barça se exige una victoria en un mes lleno de retos

El Barça inicia ante el Zaragoza un último mes competitivo de 2011 repleto de alicientes y motivaciones. Sin interrupción, con partidos cada tres días, se jugará la primera plaza de su grupo en la Liga de Campeones en Milán (el miércoles), visitará la caldera del Bernabéu en el primer clásico liguero de la temporada y buscará un nuevo título, su segundo Mundial de clubes, en Japón: la final sería el 18 de diciembre si antes supera la semifinal del 15-D contra el vencedor del pulso entre Al Sadd de Catar y Espèrance de Túnez. Todo ello rodeado de varios partidos de Liga en los que no puede volver a fallar para presionar al Madrid. Y la primera ocasión de mandar un mensaje a su eterno rival llega ya. Recibe al conjunto aragonés en un sábado aparentemente propicio para intentar cazar al Madrid, que disputa después un tenso encuentro en Valencia. Recortar o limpiar la desventaja de tres puntos actual sería un golpe de efecto para el Barça.

Por lo que hay en juego, pero también por las bajas y por las respuestas que dio Pep Guardiola a las constantes preguntas sobre su posible descanso, Messi estará en el once inicial dispuesto a recuperarse de forma activa de su desgaste físico y psicológico acumulado con la selección argentina. «Sí, está en condiciones de jugar los 90 minutos contra el Zaragoza, pero decidiremos horas antes del partido», comentó el técnico: «Todos quieren jugarlo todo, pero yo decido». Y así se fueron sucediendo preguntas sobre el peligro de exprimir a Messi hasta que Guardiola estalló. A su forma, con una sonrisa, pero saltó: «¿Queréis que no juegue Messi? ¿Os interesa? Si es así, decídmelo. Dadme el derecho a que decida yo».

Lo cierto, manifestaciones y especulaciones al margen, es que al cuerpo técnico no le quedan demasiadas opciones en el ataque. Los tres lesionados (Pedro, Adriano y Afellay) hubieran permitido más variantes y alternativas, pero ahora solo quedan Alexis, Messi y Villa, teórico tridente ante el Zaragoza.