EL FUTURO DEL PSOE
Actualizado: GuardarRajoy aseguraba ayer en una sólida entrevista electoral que la estabilidad de la democracia depende de que haya dos grandes partidos que se vayan alternando al frente del Estado. Y, si se cumplen las previsiones unánimes de las encuestas, el PSOE saldrá de estas elecciones generales muy herido y fuertemente debilitado. De ahí que a todos interese que la que ya será primera fuerza de la oposición lleve a cabo una recuperación ordenada que le permita rehacerse internamente del revés recibido, rearmarse ideológica y políticamente y renovar la cúpula dirigente una vez que su desgastado secretario general, Rodríguez Zapatero, ha decidido irrevocablemente retirarse.
Ayer, una fuente solvente aseguraba que Zapatero anunciará este mismo lunes, en la reunión de la Ejecutiva que se celebrará para evaluar el resultado electoral, la fecha del XXXVIII Congreso ordinario del PSOE, que tendrá lugar antes de lo previsto, a finales de enero o a principios de febrero. Y aunque es de suponer que la decisión definitiva de Rubalcaba sobre su futuro dependerá del resultado que obtenga, es previsible que el candidato no optará a la sucesión de Rodríguez Zapatero. Sí lo hará con seguridad la todavía ministra de Defensa y candidata del PSOE al Congreso por Barcelona, Carme Chacón, quien ya manifestó públicamente esta semana que «a ver quién se atreve» a decir que una mujer catalana no pueda liderar el PSOE. Significativamente, Rubalcaba afirmó ayer que comparte con la ministra la idea de que una mujer catalana pueda liderar el PSOE.
El aparato del PSOE es un hervidero de especulaciones estos días, que lógicamente no trascienden por la primacía que todo el mundo da a la cita electoral, que podría dejar el partido en una delicada situación de inferioridad, y todo indica que Chacón no estará sola en su ambición: otros líderes socialistas, como Fernández Vara o Patxi López -aunque este último no es ni será diputado-, podrían disputar a Chacón la secretaría general. Sin olvidar aterrizajes ni sorpresas de última hora, como la que el incombustible, imprevisible e inconstante Bono podría deparar.