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Economia

España exige más implicación del BCE

El Tesoro tiene que pagar más del 7% por sus títulos a diez años, cuatro veces más que Alemania

M. J. ALEGRE
MADRID.Actualizado:

Se veía venir, pero el sobresalto fue grande. Una nueva ofensiva de los especuladores disparó la prima de riesgo de España hasta rozar los 500 puntos poco antes de que el Tesoro procediera a subastar títulos a diez años, la principal referencia para los mercados. Había demanda más que suficiente, pero la colocación se realizó a un tipo marginal del 7%, una rentabilidad que encarece hasta niveles difíciles de sostener la financiación del Estado y dispara los fantasmas de la necesidad de un rescate. A tres días de las elecciones y a un mes de la constitución del nuevo gobierno, los inversores aprovecharon esa brecha de vulnerabilidad, y tanto el presidente José Luis Rodríguez Zapatero como la vicepresidenta económica, Elena Salgado, apelaron al Banco Central Europeo y a la Unión para exigirles una defensa a ultranza de la política común. «Para eso les hemos transferido parte del poder», recordó el jefe del Ejecutivo.

El interés que el Tesoro ha tenido que pagar en la subasta de ayer equivale a una subida del 30% respecto a la emisión precedente de títulos a diez años, que tuvo lugar el 20 de octubre y que se cerró con un tipo marginal del 5,45%. El 7,088% ahora comprometido es el más elevado desde 1997, cuando se colocaron obligaciones a ese plazo al 7,26%. La demanda también flojeó respecto a lo acostumbrado, porque se limitó a 5.502 millones, de los que solamente se aceptaron 3.562 millones, frente a un máximo potencial de 4.000 millones de euros. La vicepresidenta Salgado salió al paso de la repercusión que puedan tener estas dificultades al asegurar que la sostenibilidad de la deuda pública española «está fuera de toda duda».

Tras el fuerte repunte de las exigencias planteadas ayer por los inversores para comprar deuda de España -al que los técnicos de Hacienda agrupados en Gestha calculan un sobrecoste de 55 millones de euros anuales-, la autoridad monetaria intervino comprando deuda soberana, como lo viene haciendo durante las últimas semanas, y el diferencial de las obligaciones a diez años con el bono alemán del mismo plazo se relajó con celeridad, hasta situarse en 460 puntos -el mismo nivel de la víspera- al cierre de las bolsas de valores. Pero el riesgo de una nueva ofensiva permanece, y Salgado insistió en que, para despejar unos ataques que ya afectan a doce de los diecisiete países de la zona euro, se necesita una mayor implicación del instituto emisor.

Alemania se opone. La vicepresidenta española interpretó este rechazo en clave de desconfianza al asegurar que para superar este recelo habría que convencer a todo el mundo de que la firme decisión de España de proseguir con las reformas no se vería afectada por un consistente apoyo del BCE.

Deber de solidaridad

Otro frente de resistencia de la dirigente germana, la necesidad de reformar los Tratados para que el BCE se implique, está siendo atacado por las autoridades europeas. Ayer, a través de Twitter, el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, reconocido como el jefe del gobierno económico europeo, declaraba que «cada miembro de la zona euro tiene el destino del conjunto del área en sus manos, económica y políticamente». «La solidaridad es un deber, no solo un derecho», añadía.

España ha encontrado en Francia un poderoso aliado. Ayer, el Tesoro galo también tuvo que retribuir a tipos de interés más altos sus bonos a corto, medio y largo plazo, en un clima de tensión y después de que la prima de riesgo del país rebasara los 200 puntos básicos, para relajarse tras la colocación. ¿Acaso se puede pensar en una zona euro sin Italia, España y Francia? Bajo presión creciente de los mercados, París ha vuelto a la carga para que el BCE se implique en la lucha contra el contagio de la crisis de la deuda. «Para Francia, la forma de evitar el contagio es que el fondo europeo cuente con una licencia bancaria», dijo el ministro de Finanzas François Baroin. Esto supone que el fondo pueda tomar fondos del BCE, único agente cuyos recursos son por definición ilimitados, porque puede imprimir moneda, para acudir en ayuda de los Estados.

Mientras las principales bolsas europeas cerraron la sesión de ayer con pérdidas. El Ibex-35 perdió el 0,40% para cerrar a 8.270,6 puntos.