«Habría que ser valientes y hacer limpieza de políticos»
José Antonio Castanedo, marino mercantil ya jubilado, considera "insostenible que dieciocho millones de trabajadores mantengan a cinco millones de parados"
MADRID Actualizado: GuardarTransmite serenidad. Esa serenidad que desprenden aquellas personas que han vivido mucho y que han sabido extraer las enseñanzas, que son muy variadas en sus 73 años de vida recién cumplidos (aunque no los aparente). Su primera gran lección la extrajo tras superar una tuberculosis a los cinco años, que le mantuvo con la pierna escayolada hasta los 14. Pese a esto, su espíritu de superación y su afán por dejar atrás ciertos complejos le llevaron a meterse de lleno en el deporte, llegando a ser preseleccionado para las Olimpiadas de Tokio en piragüismo y consiguiendo varias medallas en campeonatos, también gracias al waterpolo. Toda una proeza si se tiene en cuenta esa cojera con la que ha tenido que aprender a convivir.
Su color de pelo blanquecino y los múltiples motivos náuticos que atesora en su casa (entre ellos un timón original) delatan su pasado como marino mercante. José Antonio Castanedo (Santander, 1938) explica que su espíritu aventurero le llevó a embarcarse a los 20 años en un barco con el que recorrió parte del mundo, sobre todo África. Una década después, su Santander natal le llamó de nuevo y regresó a su ciudad para trabajar en la Firestone, hoy convertida en Bridgestone, donde terminó su vida laboral cuando tenía 63 años: "Me costó mucho dejar de trabajar. En aquel momento pensaba que era malo para mí".
Como no quería dejar la actividad que tanto le llena, Castanedo decidió mantener la disciplina y, diez años después de su jubilación, se levanta a la misma hora: 6.30 de la mañana. Dedica su tiempo libre a pasear, escuchar música, estar con su familia (ahora disfruta mucho junto a su pequeño nieto Jorge), leer y navegar por internet. Su enorme inquietud hace que esté al tanto de todo lo que pasa en la actualidad y su gran afición es estar bien informado, especialmente en lo concerniente a política y economía.
Él tiene claro por qué se ha llegado a la actual recesión: "La gravísima crisis económica mundial, que nadie supo predecir, nos ha llevado a una caída asfixiante de empresarios y del sistema bancario. La famosa burbuja inmobiliaria ha terminado en una muy elevada tasa de paro y una pérdida de empleo brutal de construcción y servicios. Es insostenible que 18 millones de trabajadores mantengan a cinco millones de parados." También culpa de esta "difícil situación" a los "desconcertantes mandatos de recapitalización de la Unión Europea". Prevé todavía otros dos años de dura crisis...
"Demando a los políticos..."
También sabe muy bien las peticiones que haría al futuro Gobierno: reducción del déficit público; recapitalización de la banca (el ratio del 9% de solvencia es duro y no debería ser rasero único para todos los bancos); reformas para ganar competitividad; y estabilidad y crecimiento para conseguir los objetivos de déficit (3% del PIB) y de deuda (60%). Asimismo, asevera que no se puede aceptar una acción de gobierno basada en la crítica permanente: "Es hora de actuar y gobernar, y no de seguir hablando del pasado". Por eso la primera medida que adoptaría si fuera presidente sería modificar el sistema electoral en listas abiertas: "Es muy importante que se regenere la democracia y que se cambie un poco de estilo de cómo está funcionando".
Está convencido de que en las próximas elecciones ganarán todos lo que no estén gobernando en estos momentos, pero igual pasará en Francia (caerá Sarkozy) o Alemania (será el turno de Merkel). A los dos aspirantes a La Moncloa les pone sus etiquetas: "todoterreno" para Rubalcaba y "desconcertante" para Rajoy. Pese a que se intuye, prefiere no desvelar su color y considera que "hay políticos buenos en un bando y en otro". Lo que defiende es que hay que "tener valor para hacer 'limpieza' de las relaciones insanas de algunos nombres públicos".
Este marino cántabro, al que la crisis le ha afectado "poco, algo más en mi entorno", defiende la política que ha realizado Zapatero en materia de pensiones y dice que en los tres primeros años el Gobierno las ha revalorizado y ha cubierto la inflación del IPC a final de curso. Explica que únicamente en este año, "debido a las extraordinarias medidas que han tenido que tomar para reducir el déficit público", no han subido la pensión pero sí que en diciembre se cubrirá la subida del IPC.
ETA y el futuro
Castanedo no duda de cuál es la mejor noticia que ha recibido en esta legislatura: la caída del terrorismo. Es un apasionado de la historia de ETA (las estanterías de su casa guardan varios libros sobre la banda) pero trata de tener precaución a la hora de referirse a este tema: "Yo tenía muy claro cuál era el problema del País Vasco. Esta era una guerra ideológica: tenían que hacer terrorismo para ver si conseguían algo, y la ley les ha puesto donde tenían que estar: en la cárcel". Reclama unidad para acabar definitivamente con 43 años de terrorismo y cree que le toca a la izquierda abertzale desarmar a ETA. "No hay que bajar la guardia ni perder la memoria. Es momento de tener grandeza", explica con absoluta seriedad.
Este amante del deporte está acostumbrado a pelear a muerte en cada regata y eso cree que hay que hacer hoy en día: no darse por vencido. Así, no ha perdido en ningún momento la "confianza plena" en España: "No me asusta el futuro. Hay que contagiar alegría para comunicar esperanza para que se vaya arreglando todo", sentencia a modo de moraleja.