Las trabas a Monti lastran el crédito de Italia
Ante las presiones para reducir su margen de maniobra, el primer ministro exige gobernar hasta 2013 y el apoyo de los partido al Ejecutivo
ROMA.Actualizado:Italia cumplió a medias su objetivo de llegar al lunes, a la apertura de las bolsas, con una solución cerrada a su crisis, y pagó por ello. Los inversores siguieron castigando ayer la deuda italiana, con un interés del 6,29%, el más alto desde 1997, en una subasta de bonos y la prima de riesgo volvió a rozar los 500 puntos. La Bolsa de Milán cerró en negativo con un -1,9%. Los mercados aún no se fían, porque ven que el circo político italiano aún está agitado y el camino del nuevo Gobierno no está libre de trampas, incluso antes de nacer. Es cierto que la elección de Mario Monti como primer ministro ha sido una señal apreciada de forma unánime a nivel internacional, pero está sufriendo para desenredar las últimas negociaciones, hacer realidad el amplio consenso entre los partidos que le debe sostener y concretar su equipo de Gobierno.
Los tiempos se siguen alargando y no se sabe si hoy habrá por fin lista de ministros, el último frente de batalla de los partidos. Monti abrió ayer su ronda de consultas con las fuerzas políticas y la concluirá esta tarde con empresarios y sindicatos. En un gesto novedoso ha dicho que desea encontrar también jóvenes y mujeres. Se prevé que el nuevo gabinete obtenga después la confianza del Parlamento antes del viernes. El principal escollo sigue siendo el hasta ahora jefe del Ejecutivo, Silvio Berlusconi, que sigue intentando meter la mano en la nueva fase para plegarla a sus intereses.
La jornada de ayer fue otro hervidero de rumores y vetos, que dio una impresión poco tranquilizadora de que aún hay muchas trincheras abiertas. Especialmente por parte del partido de 'Il Cavaliere', el Pueblo de la Libertad (PDL), que ayer siguió vendiendo caro su apoyo al nuevo Ejecutivo y se mostró intencionadamente ambiguo. Casi como si quisiera dar a entender que aún no ha descartado retirarse y abocar al país a las elecciones. Insiste en conocer el programa del nuevo Gobierno, pues exige que se ciña exclusivamente a las medidas prometidas a la UE en octubre, quiere dar el visto bueno a la lista de ministros y reclama que se vaya a las elecciones cuanto antes.
Garantías y amenazas
«Nadie puede pensar que daremos un consenso a ciegas», declaró ayer uno de los pesos pesados de Berlusconi, Fabrizio Cicchito. «El Gobierno de Monti puede nacer solo si se cumplen las garantías exigidas por el PDL», repitió el hasta ahora ministro de Infraestructuras, Altero Matteoli. Esta amenaza de veto que ya planea sobre Monti antes incluso de prestar juramento es una de las pesadillas que probablemente empezarán a hacerse familiares a partir de ahora. Porque pueden reaparecer en el Parlamento ante medidas impopulares que sean cuestionadas por el PDL o cualquier otro partido.
Con este panorama, Monti compareció a última hora de la tarde en rueda de prensa para poner las cosas claras en las cuestiones objeto de mercadeo: pretende gobernar hasta el final de la actual legislatura, en 2013, pero no dudará en dejarlo si deja de contar con la confianza de los partidos, y desea contar con políticos en su equipo, para implicarles en esta nueva fase. En eso piensa igual que el presidente de la República, Giorgio Napolitano. Quieren un Gobierno que no sea puramente técnico, sino que cuente con componentes políticos para garantizar la coordinación entre Ejecutivo y Parlamento, donde tiene que cristalizar el consenso prometido. Pero quizá por eso mismo, porque los partidos quieren tener las manos libres, y también para evitar juegos de vetos y sospechas, tanto el PDL como el PD se oponen a un gabinete mixto y prefieren que sea totalmente técnico.
En su primera rueda de prensa Monti transmitió serenidad y se le vio seguro. Sobre la mala reacción de las bolsas ayer consideró que «es natural que para los mercados haya que llegar a la formación de Gobierno, que puedo asegurar que será convincente y eficaz, y al anuncio y puesta en práctica de medidas incisivas». Los gestos que a buen seguro tendrán un efecto anestésico inmediato sobre los inversores llegarán en los próximos días, pero hasta entonces se puede perder un tiempo precioso. La lista de ministros dará ya una idea de la solidez del equipo de Monti y su nivel de concesión a los políticos. Luego, las primeras decisiones, que tendrá muy pensadas y perseguirán un gran impacto, serán decisivas.
Ayer se hablaba de un nuevo plan de ajuste, el tercero del año, de 25.000 millones, así como reforma de las pensiones, un impuesto patrimonial más allá del millón de euros, privatizaciones y liberalizaciones. A nivel interno, tendría un eco enorme cualquier recorte simbólico de los privilegios de los políticos.