editorial

El rumbo de Merkel

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

La gestión de la canciller alemana se percibe en Alemania en dos registros paralelos, cercanos y, al mismo tiempo, separados y distintos. En su conjunto, como prueban los sondeos (un par de puntos por encima de la oposición socialdemócrata) no despega en el conjunto y ha perdido todas las elecciones regionales en el último año. Pero su manejo de la crisis financiera en la UE sí es apreciado: un 56% de aprobación tras mostrarse tan enérgica. Pasa ahora la prueba del congreso de su partido, la Unión Cristiano Demócrata, que esta tarde concluye y al que llega, pues, en una posición bastante cómoda, sin sombra alguna de liderazgo alternativo y tras imponer con una facilidad admiró en su día un cambio de gran calado en el programa clásico del centro-derecha: el abandono a medio plazo de la energía nuclear. Ayer se presentó en el Congreso con otra iniciativa fuerte: introducir en la legislación laboral alemana el salario mínimo interprofesional, que no existe y al que se opone la patronal. Merkel se siente lo suficientemente cómoda y con margen para hacer lo que hace y salvaguardar sus posibilidades, que son muchas, de conservar el poder en 2013. Tal es su objetivo.