Falta de confianza
La escalada de la deuda impone la necesidad de un gran acuerdo nacional tras el 20N
Actualizado: GuardarEl costoso alumbramiento de los gobiernos provisionales llamados a aplicar las medidas de ajuste pendientes en Grecia y en Italia no ha sido capaz de contener, siquiera por unas horas la demanda de rentabilidad de los mercados respecto a la deuda soberana. El incremento de la prima de riesgo de España demostró ayer que hasta decisiones tan excepcionales como las adoptadas por las instituciones griegas e italianas se producen con tal lentitud que la economía financiera las da por descontadas nada más se anuncian. La «espiral de colapso de la confianza» a la que la directora-gerente del FMI, Christine Lagarde, se refirió para subrayar el alcance internacional de la crisis en la eurozona encuentra su explicación en que la desconfianza tiende a contagiarse y a acumularse, sometiendo a pruebas prácticamente infranqueables a aquellas medidas que pretenden restablecer la confianza de los actores de la economía global. La subasta de 3.000 millones de euros en bonos que el Tesoro italiano se vio obligado a colocar a un 6,29% de interés bastó para constatar que nos encontramos ante una dinámica insaciable en la que la política se sitúa muy por detrás del movimiento de los mercados. Se trata de una advertencia muy seria no solo para el partido que tras las elecciones del próximo domingo pase a gobernar España, sino para el conjunto del arco parlamentario que surja de las urnas. Cada día la partida destinada a abonar los intereses de la deuda pública va incrementándose en perjuicio de los demás capítulos presupuestarios. Ni las propuestas programáticas ni las promesas de futuras reformas son argumentos suficientes para contener esa espiral. Tampoco lo es el anuncio de un cambio de ciclo político. Todo lo cual apela a la necesidad de un gran acuerdo que, tras el próximo domingo, concite el apoyo parlamentario de los principales partidos, el compromiso inversor de las empresas y la disposición de los sindicatos a posponer sus legítimas reivindicaciones para alcanzar el prioritario objetivo de la estabilidad financiera mediante la recuperación de la confianza interior y exterior.