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ANDALUCÍA

LA MIRADA CATALANA

Artur Mas se suma a las críticas y quejas de Duran i Lleida sobre el dinero que recibe Andalucía

MARÍA DOLORES TORTOSA mdtortosa@vocento.com
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L A fijación de los políticos catalanes con Andalucía, y no para hablar bien de lo que se hace aquí, se está convirtiendo en un fastidio. El último en hacerlo ha sido el presidente de la Generalitat, Artus Mas, quien ha criticado que el Gobierno de Griñán incremente un 1% el Presupuesto de 2012. Lo que chirría de la queja de Mas no es que se meta con la manera de hacer las cuentas el gobernante andaluz. Griñán también critica a la presidenta de Madrid por su forma de hacer las suyas. Lo que irrita es el mensaje subliminal que encierra sus quejas. Un mensaje más explícito cuando lo lanza Josep Antoni Duran i Lleida, el que cada dos por tres saca el PER con datos erróneos para tildar a Andalucía de subvencionada. Mensajes que vienen a decir: ¿Cómo Andalucía se atreve a subir su presupuesto y no hace recortes sociales como nosotros cuando viven gracias a nuestra solidaridad? No lo expresan con estas palabras, pero casi.

Esta manera de mirar a Andalucía por encima del hombro no es nueva en los nacionalistas catalanes, pero sí es nueva la acritud y el agravio. Jordi Pujol visitó Andalucía en 1996 y en una conferencia en Sevilla se quejó de lo que siempre se han venido quejando los políticos catalanes, de lo mucho que su comunidad aporta al Estado y de lo poco que recibe a cambio. Pero también piropeó a los de Lepe no por sus chistes sino por su verdadero ingenio, el cultivo de la fresa. Sobre el terreno elogió los invernaderos de El Ejido congratulándose de que la «solidaridad» catalana hubiese ayudado al milagro económico de la agroindustria andaluza, olvidándose quizás de la 'solidaridad' del inmigrante andaluz para el milagro catalán.

Pero aunque el fondo era el mismo, las formas eran bien distintas. El delfín de Pujol debería aprender de su mentor y visitar Andalucía. Aquí podrá comprobar que no somos una comunidad más subvencionada que la suya. Y quizás se sorprenda de lo solidarios que también pueden ser los andaluces.