Rajoy y Rubalcaba se ponen de acuerdo para ignorar los emplazamientos de ETA
El líder del PP exige a la organización terrorista que se disuelva porque todo lo demás es irrelevante El candidato del PSOE subraya que lo único importante es que esta es la primera campaña sin atentados
MADRID / VITORIA. Actualizado: GuardarMariano Rajoy, Alfredo Pérez Rubalcaba y el Gobierno acordaron que la respuesta a la entrevista a dos miembros de ETA publicada ayer fuera la más absoluta indiferencia sin contestar a ninguno de los emplazamientos que hacen los terroristas. El líder del PP afirmó que «lo único que importa es el anuncio de la disolución irreversible», el resto es irrelevante. El candidato del PSOE empleó casi las mismas palabras que el portavoz gubernamental, José Blanco, para congratularse de que esta sea la primera campaña electoral sin atentados.
Si ETA buscaba una respuesta a sus planteamientos o suscitar un debate político sobre su hoja de ruta para solucionar «el conflicto político» en Euskadi fracasó por completo. Ni el Gobierno ni el PSOE ni el PP comentaron las palabras de los dos encapuchados entrevistados por el diario 'Gara'. Tanto populares como socialistas están de acuerdo en no hacer ningún movimiento respecto a la política antiterrorista hasta después de las elecciones del 20 de noviembre, y a partir de esa fecha será el nuevo gobierno que salga de las urnas el que marque el paso y tome las decisiones en relación a ETA, los presos y todos los aspectos vinculados con la organización terrorista.
Rajoy, quien había sido emplazado por los terroristas a que actúe «con responsabilidad» si es que llega a la Moncloa, no se dio por aludido por el requerimiento y se negó a entrar en el juego planteado por ETA para no hacer la campaña electoral a la izquierda abertzale. De la entrevista no hay «nada que comentar», dijo ayer en una comida-mitin del PP en Vitoria en presencia del padre del último guardia civil asesinado por los terroristas y de la viuda de la última víctima de los GAL. Ambos cierran las listas del PP por Guipúzcoa para el Congreso y el Senado.
El candidato popular señaló que solo cuando se produzca la disolución de la organización terrorista se podrá decir que «se ha acabado esto». Si ETA da ese paso, añadió, habrá que gestionar su final, un proceso que si gobierna encarará con la unidad de las fuerzas democráticas y con las víctimas del terrorismo, «a las que les debemos mucho», la ley y el Estado de Derecho como referencias. «Y punto», sentenció.
Rubalcaba fue aún más sucinto. En las respuestas a una serie de preguntas remitidas a través de la red social 'Twitter', el candidato socialista indicó que «lo único importante es que es la primera campaña electoral en democracia sin violencia». Lo mismo dijo el portavoz del Gobierno y justificó la parquedad de su respuesta en que no iba a hacer «ningún comentario para no dar más protagonismo ni publicidad a ETA».
A la economía de comentarios se sumó también el líder de Izquierda Unida, Cayo Lara, quien dijo en Valladolid que ETA «no va a entrar en la campaña» a través de una entrevista. Lo que tiene que hacer la organización terrorista, añadió, es «disolverse y punto». Lara apuntó que una vez que haga ese movimiento será el momento de que «hable la política». También el número uno de CiU por Barcelona, Josep Antoni Duran Lleida, reclamó ayer que se hable «muy poco» de terrorismo porque lo que tiene que hacer ETA es «desarmarse» y no «poner las condiciones» sobre su final.
Estrategia electoral
El ministro de Interior fue de los pocos que se salió del guion silencioso. Antonio Camacho apuntó que la entrevista publicada por el rotativo de la izquierda abertzale forma parte de una estrategia para mejorar las expectativas electorales de Amaiur. Los dos encapuchados que dijeron hablar en nombre de ETA no pidieron, sin embargo, el voto para las candidaturas de la izquierda abertzale.
Camacho señaló que la entrevista también pone de manifiesto que la organización terrorista «se reitera» en su declaración de abandono definitivo de las armas. Comentó además que las fuerzas de seguridad no han encontrado hasta ahora «ningún elemento» que permita dudar de la veracidad de las intenciones de ETA de renunciar a la violencia. La declaración del 20 de octubre, subrayó el ministro, era «seria».
El titular de la Presidencia, Ramón Jáuregui, compartió el diagnóstico de su compañero de Consejo de Ministros sobre las intenciones de ETA. «Buscan la prima electoral al abandono de la violencia», comentó en declaraciones a la Cadena Ser. Recordó que no es la primera vez que la organización terrorista utiliza esta estrategia electoral porque ya la puso en práctica en 1998 con la firma del pacto de Lizarra y la declaración de tregua; y ocurrió lo mismo en las elecciones municipales del 22 de mayo, en las que ETA también ratificó su alto el fuego.
Un análisis con el que también coincidió la Asociación de Víctimas del Terrorismo, cuya presidenta, Ángeles Pedraza, sostuvo que el objetivo de ETA es «beneficiar a su nuevo brazo político» sin renunciar a «ninguno de sus objetivos de siempre». Se trata, añadió, de un nuevo «acto de desprecio y humillación a las víctimas del terrorismo» y reclamó al gobierno que gane las elecciones que «no caiga en la trampa» de atender las demandas de los terroristas para asegurarse el final de la violencia.
En el PP también hubo excepciones a la regla del mutismo. El cabeza de lista por Guipúzcoa, José Eugenio Azpiroz, comentó que si las palabras de ETA sobre su desarme son sinceras Rajoy «gestionará con acierto» el proceso del final del terrorismo. Pero para eso, prosiguió el dirigente popular, se requiere que haya «una materialización verdadera del abandono definitivo de las armas».