LA JUEZA ALAYA
Actualizado: GuardarNo ha causado mayor impacto en la opinión pública sevillana la entrada en escena del CGPJ (Consejo General del Poder Judicial) en el caso de los ERE irregulares de la Junta, con la jueza Alaya, nada difuminada en cuarta o quinta fila de la notoriedad, con el ex vicepresidente del Gobierno, Alfonso Guerra, de testigo de cargo.
Como en las grande superproducciones del Hollywood, hay personajes centrales y secundarios, como los ya citados, Alaya y el dirigente socialista Alfonso Guerra, un maestro consumado del sarcasmo. En cualquier caso, se veía venir. La jurista Alaya no es mujer que se arredre de entrada, y lo demostró con el hundimiento del Real Betis y su pretendido dueño de la mayoría accionarial, el muy controvertido Manuel Ruiz de Lopera. Decidida, altiva y desenvuelta, la jueza Alaya 'entró a saco' en el affaire de los ERE de la Junta. La gerontocracia socialista la colocó en su punto de mira, y la muchedumbre bética, cuarenta mil aficionados que se dan cita en el estadio bético cada quince días, la elevó a los altares de sus creencias más firmes.
También tenemos personajes anónimos como en su día los sociólogos de guardia llamaron 'la mayoría silenciosa', pero una mujer como la jueza Alaya, en una ciudad como Sevilla, más temprano que tarde tenía que colocarse en las primeras filas del gran teatro que, de alguna forma, es la antigua Híspalis. Es decir, una mujer, una señora, 'condenada', inevitablemente, a llamar la atención entre fervores y rechazos de gruesos trazos. Y otro dato, secundario si se quiere, que llama mucho la atención, de las idas y venidas de la señora jueza al Palacio de Justicia (los juzgados) tirando de su pequeña maleta con ruedas y mirando altiva a las alturas sin curiosidad alguna por sus cercanías terrenales. Una especie de princesa sin príncipe.
El CGPJ, de momento, ha tomado partido por la señora Alaya ante las palabras poco piadosas de la condición femenina de la juez Alaya, por parte del prócer Guerra. De 'campaña sucia', además, ha calificado el Poder judicial la intervención del citado ex presidente socialista. Así, pues, el escenario de la confrontación está servido: Sólo falta que el PP irrumpa con toda su trompetería y fanfarria para tener todo el elenco completo de los personajes de esta puesta en escena ante la inminencia del 20N.