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Pivot, director del mítico programa literario de televisión 'Apostrophes', cree que la cultura no hace al hombre mejor. :: LUCA PIERGIOVANNI / EFE
Sociedad

«Proust y Dom Pérignon, un matrimonio perfecto»

Este divulgador de la literatura de Europa recibe el premio Antonio de Sancha de los editores españoles, que dedica a SemprúnBernard Pivot Periodista

MIGUEL LORENCI
MADRID.Actualizado:

Ama los libros y el vino por igual. Durante casi tres décadas Bernard Pivot (Lyon, 1935) estuvo cada semana al frente de un amenísimo programa de literatura en la televisión francesa. Entretenía a una media de dos millones de personas, cifra insólita para ese formato. Todos los grande autores pasaron por 'Apostrophes', 'Bouillon de Culture' o 'Double Je', tres espacios que hicieron historia y convirtieron a Pivot en el mejor divulgador literario de Europa. Está en España para recibir el premio Antonio de Sancha del gremio de editores por esa excepcional capacidad para entretener y formar con la literatura. Un galardón que este insólito miembro de la Academia Goncourt dedica a su gran amigo y admirado escritor Jorge Semprún. Ahora, medio retirado, lee apenas tres horas diarias, frente a las diez o doce que dedicaba «como lector profesional». Sabe que la literatura y la cultura «ni nos hace mejores ni puede nada contra la crisis».

-Es autor de una sola novela y un libro de vinos. ¿Un libro y una bebida para una velada perfecta?

-'A la busca del tiempo perdido', de Marcel Proust, y el champán Dom Pérignon. Son un matrimonio perfecto. Proust y Beaujolais, jamás. El vino de Suresne, cercano a París, o el Beuajolais son adecuados para leer a Céline. Amo el vino con tanta pasión como la literatura, pero soy un enólogo amateur y un profesional de la divulgación y el periodismo literario. Escribí una obrita sobre el vino hace poco y a los veintiún años perpetré una mala novela. Fue un pecado de juventud.

-Iba para futbolista y llegó por casualidad a un diario.

-En efecto. Sabía ya que era mejor idea ser un buen periodista que un mal escritor. Hice periodismo económico y deportivo. Me apasionaba mucho más el fútbol que la lectura. Hasta que llegué a 'Le Figaro Littéraire' en 1958 y todo vino rodado. Si hubiera entrado en 'L'Equipe' u otro deportivo, mi vida hubiera sido otra.

-¿La literatura puede hacer algo contra la crisis?

-Para resolverla nada, por desgracia. Ni la cultura ni la literatura nos hace mejores personas. Ambas son, acaso, una víctima más de la crisis. Eso sí, la literatura la contará y reflexionará sobre ella. Ya produce novelas, ensayos e incluso grandes personajes. Berlusconi es hoy mucho mejor personaje de novela que político y gobernante.

-¿El secreto para no aburrir con un programa de libros?

-No hay truco ni receta. Tuve la necesidad, la energía y la voluntad de transmitir mi amor por los libros en la tele. Simplemente eso. Trabajo, curiosidad y pasión son las cualidades necesarias. Si es posible añadir un poco de humor; considerando que ni la literatura ni los libros son sagrados, miel sobre hojuelas.

-Resuma en números su vida profesional.

-Durante casi treinta años no falté a mi cita semanal con los lectores. La primera emisión de 'Ouvrez les guillemets' (Abramos comillas) fue en 1974. Era el embrión de 'Apostrophes' y hubo 75 programas. De 'Apostrophes' hubo 724; de 'Bouillon de Culture' (Sopa de cultura) 445 y de 'Double Je' (Doble yo), 41. Sumadas, son casi 1.300 emisiones y miles de entrevistas.

-Nabokov llenó de güisqui su taza de té en 'Apostrophes'. De tanta entrevista, ¿alguna memorable?

-La de Nabokov fue divertida. Preparé a fondo todas y cada una, a veces con cierta inseguridad. Fueron muy complicadas en su preparación las de Claude Levy Strauss, Alexander Solzhenitsyn o Margarite Duras, cuyo endiablado genio no conocía antes de una entrevista en directo un poco temeraria, la verdad. No tengo ningún mal recuerdo gracias al riguroso trabajo previo.

Escritores y estrellas

-¿Qué equiparó a los escritores a las estrellas de rock, obligados a vender sus libros como discos o morir?

-El libro, es un producto cultural más y no puede vivir sin promoción. La presencia en los medios es obligada, pero no nueva. Los grandes autores del XIX como Victor Hugo, Flaubert, Balzac o Emile Zola, eran ya como estrellas del rock, o más. Como Voltaire en su tiempo. Los grandes autores franceses de hoy son menos conocidos que sus predecesores.

-¿Quién ha copiado mejor la fórmula Pivot?

-En la televisión pública francesa se emite 'La grande Libraire', de Francoise Busnel, que es un digno heredero.

-¿Ve la tele? ¿Es condenable, prescindible, mejorable ?

-Condenable no. No la veo mucho. Escribo, voy al teatro, al cine. Hay de todo y hay que saber elegir en la tele y en la vida. Pero, si soy franco, me interesa el fútbol televisado. En especial los partidos del Real Madrid y Barcelona.