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ESPAÑA

Rajoy garantiza que cumplirá el objetivo de déficit aunque sea difícil

El candidato popular vuelve a actuar como presidente 'in pectore' y muestra su rechazo a una Europa de dos velocidades

ANTONIO MONTILLA
SANTA CRUZ DE TENERIFE.Actualizado:

Mariano Rajoy muestra más preocupación por los momentos de convulsión que vive la zona euro que por una campaña electoral que considera un mero trámite para llegar a la Moncloa. El líder del PP es consciente de que, salvo una remontada 'in extremis' de Alfredo Pérez Rubalcaba, será su gobierno quien deba afrontar la onda expansiva de las crisis griega e italiana que amenazan la existencia de la moneda europea. Un rescate de la economía española, como los que necesitaron Irlanda, Portugal y Grecia, obligaría a Rajoy a imponer un plan de ajuste mucho más severo y dejaría en el alero su intención de actualizar las pensiones en 2012.

El líder del PP quiso apaciguar las dudas sobre España y envió a la UE dos claros mensajes, como si ya fuese el presidente del Gobierno y no el candidato. Reiteró que «cumplirá con todos los compromisos» adquiridos con Europa para reducir el déficit de nuestro país -el 4,4% en el 2012 y el 3%, en 2013- pese a que Bruselas duda sobre la posibilidad efectiva de alcanzar este objetivo. Es un compromiso arriesgado porque el objetivo de dejar este año el déficit en el 6% es difícil de lograr y la mayoría de los analistas e instituciones financieras considera que se superará ese porcentaje de saldo negativo de las cuentas públicas.

Toque de atención

Rajoy lanzó el envite durante el mitin que reunió a unas 2.000 personas en Tenerife, pero trufó sus palabras con un toque de atención a Angela Merkel y Nicolas Sarkozy, los inspiradores de una posible Europa de dos velocidades que llevaría aparejada la exclusión de algunos de los actuales socios del euro. Una fórmula que a Rajoy «no le gusta». Su apuesta es mantener el mismo diseño, pero «con un euro fuerte, en una Europa fuerte».

Para lograr que este efecto apaciguador perdure hasta, al menos, la constitución de su Gobierno, anunció que está dispuesto a ir más allá de los compromisos adquiridos en el último año por José Luis Rodríguez Zapatero. «Corregiremos el déficit, no gastaremos lo que no tenemos y haremos todas las reformas que demandan el sentido común y Europa», indicó sin detallarlas.

Con todo, la principal diferencia que Rajoy estableció entre España y lo que acontece en Grecia e Italia es que «afortunadamente, aquí hay elecciones y haremos un gobierno serio». Una forma de decir que los recambios al frente de los ejecutivos de Atenas y Roma con expertos de alto nivel no son de fiar. El candidato del PP consideró que en España el cambio es en sí mismo un activo para enderezar el rumbo tras varios años «en los que no se han hecho las cosas bien».

El líder popular, pese a los nubarrones que amenazan la economía, aseveró que su objetivo es situar a España «a la cabeza de los países más importantes de la UE». Su fórmula será la de cambiar todas las políticas económicas menos «nuestra permanencia en el euro». Tampoco dio detalles de qué va a hacer.

Dijo que será una «tarea complicada» y matizó que él nunca ha dicho que el trabajo sea fácil, aunque reiteró, con cierto tono solemne, que no se dejará intimidar por este reto. «La dificultad es una excusa que la historia no aceptará y hace bien, yo lo sé y lo asumo, porque es lo que he elegido», sentenció.

No fue la única referencia al pasado. Enfatizó que España «apostó por el euro» cuando el PP llegó al Gobierno en 1996 y ahora Rajoy no está dispuesto a cambiar de posición. «Formaba parte de aquel Gobierno que dio la batalla para entrar en el euro, cumplimos los requisitos y no fue nada fácil».

Rajoy tuvo una apretada agenda en su visita a Canarias. En Tenerife visitó una explotación platanera y, ya por la tarde, arengó a los suyos en Las Palmas. En ambos actos estuvo acompañado por José Manuel Soria, presidente del PP canario y número uno al Congreso por Las Palmas. El público asistente se convirtió en un inesperado aliado de los medios de comunicación, que intentan escudriñar cuáles son los planes de Rajoy para su primer Ejecutivo. «¡Soria ministro!», comenzó a gritar un sector del público a los que Rajoy respondió de manera directa: «Poneos a currar, ganad las elecciones y luego ya veremos». Una respuesta ambigua, pero que, dado el sigilo con el que Rajoy ha rodeado el asunto de los 'ministrables', puede ser una pista sobre el futuro de dirigente del PP canario.