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Economia

La banca española pide al BCE que se implique más en la compra de bonos soberanos

M. J. A.
MADRID.Actualizado:

El Banco Central Europeo salió otra vez al quite y sus masivas compras de bonos en el mercado secundario frenaron la escalada de la prima de riesgo de Italia y España. Aún en zona de alto riesgo, la italiana se deslizó a la baja hasta los 530 puntos básicos, frente a los 575 que se anotó la víspera, y la española, que al inicio de la sesión marcó el máximo histórico de 424 puntos, se quedaba al cierre de las bolsas en torno a las 403 unidades.

Son niveles insostenibles para una y otra economía, que, dados sus tamaños relativos, mantienen encendida la mecha que puede provocar el estallido del euro. A gran distancia, la prima de riesgo de Francia se disparó a 170 puntos, nivel desconocido para ese país. No ayudó que la agencia de calificación Standard & Poor's anunciara, por error, una rebaja de la nota que concede a la deuda del país galo.

A la mejora de Italia ayudaron los cambios políticos anunciados. También la subasta de bonos del Tesoro del país transalpino fue mejor de lo previsto, pese a que se cerró con los precios más elevados de los últimos 14 años, y el clima algo más sosegado hizo posible que la rentabilidad de los títulos a diez años descendiera por debajo del fatídico 7% que ha marcado los rescates en otros países del euro.

Las tensiones persisten y, por ello, la banca española cree llegado el momento de que la autoridad monetaria europea se implique de verdad como prestamista para evitar el desmantelamiento de la moneda única. Miguel Martín, hoy presidente de la Asociación Española de Banca (AEB), lo demandó desde el conocimiento de quien se ha sentado muchas veces en las mesas de decisión del sistema europeo de bancos centrales, ya que desempeñó el cargo de subgobernador del Banco de España.

Hasta ahora, el BCE se ha mantenido activo en la compra de bonos en el mercado secundario, donde se negocian los títulos de deuda ya emitidos, y lo hace, según ha recordado el recién estrenado presidente Mario Draghi, considerando que es un programa «temporal, limitado y siempre con la justificación de hacer que funcione la política monetaria». Martín admite que en otros momentos defendió que el BCE «solo respondiera del control de la inflación» pero añadió que ahora, «en circunstancias ciertamente extraordinarias», debería actuar como «prestamista de última instancia». «El euro puede descarrilar y usted tiene que evitarlo», conminó al presidente del BCE.