Los candidatos y el moderador, Manuel Campo Vidal, el lunes, en uno de los lances del debate. :: REUTERS
ESPAÑA

El segundo cara a cara más visto

Los partidos minoritarios suspenden a los dos candidatos porque dicen que son lo mismo, no aportan soluciones y se limitaron a insultarse El debate fue seguido por 12 millones de espectadores, el 54,2% de la audiencia

MADRID. Actualizado: Guardar
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Que los cara a cara electorales tienen interés es un hecho. Las casi dos horas de enfrentamiento entre Mariano Rajoy y Alfredo Pérez Rubalcaba fueron seguidas el lunes por una media de doce millones de españoles a través de alguna de las catorce cadenas de televisión que lo emitieron. Quienes siguieron la confrontación entre los dos aspirantes a presidir el próximo Gobierno fueron algo más de la mitad (54,2%) de todos los que a esa hora veían las televisiones generalistas.

Se trata del segundo debate entre candidatos a la Moncloa con mayor audiencia de la historia española, solo superado por el que el 25 de febrero de 2008 mantuvieron José Luis Rodríguez Zapatero y el propio Rajoy, el primero de los dos que se celebraron en aquella campaña de las generales, que fue seguido por un millón más de televidentes, con lo que pasó a ser uno de los cinco programas más vistos de la televisión en España.

La audiencia del cara a cara del lunes estuvo muy cerca de la conseguida por el segundo debate Zapatero-Rajoy de 2008 (11,9 millones) y superó con claridad a los que en 1993 celebraron Felipe González y José María Aznar, que fueron seguidos entre 9,6 y 10,5 millones de televidentes.

El minuto de oro

El minuto de oro, el mayor pico de audiencia del último cara a cara, congregó a 13,7 millones de españoles y se produjo sobre las 22.31 horas, cuando Rubalcaba acusaba a Rajoy, pese a la negativa de este, de que si llega a la Moncloa recortará las prestaciones de desempleo. Según Kantar Media, hasta 22,3 millones de televidentes llegaron a conectar en algún momento los canales que transmitían el debate.

El estudio realizado por Barlovento Comunicación señala que el perfil mayoritario del seguidor del cara a cara fue el de un varón, de clase media o alta, residente en una gran ciudad, y con una notable proporción de mayores de 64 años.

Las cuatro encuestas nacionales realizadas al término del debate por otros tantos medios de comunicación nacionales tampoco dejan lugar a dudas. Todas coinciden en que el cara a cara fue ganado por Mariano Rajoy, aunque también señalan que la victoria no fue por KO sino más bien a los puntos. La ventaja media que le atribuyen sobre Rubalcaba es de unos ocho puntos. La horquilla mayor es la del sondeo de Antena 3, en el que el 43,9% de los encuestados otorga la victoria a Rajoy frente al 33,1% de favorables al candidato socialista. El margen más corto lo fija el estudio de 'El País', con un 46% para el líder popular y un 41% para Rubalcaba.

El resultado de las encuestas fue corroborado por los movimientos vividos a partir de las doce de la noche del lunes en alguna de las principales webs de apuestas. La página de Betfair indica que el papel de Rubalcaba en el debate redujo aún más sus posibilidades de ser presidente del Gobierno, ya que la apuesta por su victoria el próximo 20 de noviembre pasó de pagarse de 30 euros por cada uno invertido a 34 euros a uno.

Los grupos minoritarios del Congreso coincidieron en realizar un retrato negativo del cara a cara del lunes y en suspender con claridad la actuación de ambos candidatos. El coordinador general de IU, Cayo Lara, los definió como dos «recortadores» con idénticas recetas. Cree que con el debate solo ganó el bipartidismo y «el señor Botín» y que perdieron los cinco millones de parados, que no tienen alternativa.

UPyD también vio «más de lo mismo», «un monólogo de despropósitos», y cree que quien perdió con la confrontación dialéctica fueron los ciudadanos, «que quieren oír ideas y no descalificaciones». El rechazo de los nacionalistas fue unánime. El portavoz del PNV, Josu Erkoreka, ni se molestó en verlo, en rebelión contra el bipartidismo. Tanto CiU como ERC despreciaron lo visto porque consideran que para los dos grandes partidos Cataluña siempre es la gran ausente.

Los responsables de UGT y CC OO vieron a Rubalcaba más concreto en sus propuestas para salir de la crisis y los empresarios de Cepyme creen que el candidato socialista los «demonizó». El Foro de la Familia se enfadó con Rajoy por no prometer que derogará el matrimonio homosexual y los socialistas andaluces le mandarán un mapa para que sepa que Cazalla no es Cádiz sino Sevilla.