CARTAS A LA DIRECTORA

Pedir perdón

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Supongo que sería demasiado pedirle a la ETA y sus representantes que sigan los pasos que constituyen el sacramento de la penitencia para los católicos (examen de conciencia, dolor de corazón, propósito de la enmienda, decir los pecados al confesor y cumplir la penitencia) pero, ya que parecen haber dado el primer paso con su declaración de cese definitivo de la actividad armada tras un análisis de su situación (examen de conciencia), eso es lo que habría que exigirles en nuestro autoproclamado estado de derecho, si es que son mínimamente sinceros. Pero me permito dudar de su sinceridad y de su disposición a seguir con los pasos siguientes, y menos mal que el último (cumplir la penitencia) no depende sólo de ellos sino precisamente de ese estado de derecho al que atacan y no reconocen y del que espero que sepa actuar con coherencia y en justicia sin ceder ingenuamente ante cantos de sirena ni a oportunismos políticos. Y sin olvidar lo que va implícito en los pasos anteriores, la entrega definitiva de las armas y pedir perdón (claro que sí) y mostrar arrepentimiento (qué menos) por tantos daños causados a la sociedad a la que quieren reintegrarse y de la que se automarginaron violenta y voluntariamente..