El nuevo asilo San José acoge a sus residentes

La mañana ha sido muy ajetreada para los trabajadores y residentes del Asilo San José. Es día de mudanza y, tras varias jornadas de traslado de enseres y materiales, hoy solo quedaba lo más importante: llevar a los abuelos a su nuevo hogar. Dos autobuses urbanos y varias ambulancias han transportado a los residentes hasta las nuevas instalaciones de la calle Francisco Riba, junto a la avenida de Arcos. Las personas mayores estaban expectantes ante la mudanza e incluso algunos de ellos han mostrado su desacuerdo con el traslado con lágrimas en los ojos. Todo ha sido más llevadero con las palabras de ánimo de los trabajadores, que se han prestado hasta en su día libre para acompañarlos. Tras el paseo en autobús –que los abuelos han disfrutado con ganas– han pasado al nuevo edificio y han conocido sus habitaciones. Está previsto que el almuerzo se sirva ya en las modernas instalaciones. «Por fin nos vamos», dijo ayer una de las residentes, Carmen Martínez, que asegura que desde que llegó –hace ocho meses– se habla de la mudanza. «Yo ya conocía el asilo nuevo porque nos trajeron cuando lo inauguraron», apuntó.