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El lehendakari Patxi López recibe a José Luis Rodríguez Zapatero, ayer, en Ajuria Enea. :: IGOR AIZPURU
ESPAÑA

Zapatero felicita al PSE por haber ganado «el sueño de la libertad»

Afirma en Ajuria Enea que haber logrado el final de la violencia de ETA es el «hito más importante» de su carrera política

MELCHOR SÁIZ-PARDO
VITORIA.Actualizado:

Fue una visita de apenas seis horas cargada de simbolismo y emoción contenida. Un corto y agridulce paso por Vitoria. Triste, porque fue el adiós de José Luis Rodríguez Zapatero como presidente de Gobierno a una «tierra» a la que, según confesó a sus correligionarios, ha dedicado noches en blanco con Alfredo Pérez Rubalcaba pensando en «cómo terminar con esta barbarie». Feliz, dijo, porque tras el fin de ETA «lo mejor está por venir, la libertad plena y la convivencia».

Zapatero llegó a Euskadi en uno de sus últimos viajes como presidente con ganas de sacar pecho a cuenta del «cese definitivo» de la violencia. Mostró su «orgullo infinito» por haber visto el final de ETA tanto en Ajuria Enea, la sede la Lehendakaritza que desde 1980 no pisaba ningún jefe del Ejecutivo, como en una comida con dos centenares de cargos del PSE.

En su comparecencia en el histórico palacio quiso dejar claro que considera que el punto y final de la violencia es el «hito más importante» en su carrera política. «Siempre tuve el afán de hacer todo lo posible para que acabase la lacra de ETA», confesó poco después de reunirse con el lehendakari en Ajuria Enea. Allí, se dirigió a los ciudadanos de Euskadi con los ojos vidriosos: «Esto (el fin de ETA) es mérito de la sociedad vasca». «Es la victoria de Euskadi».

Desde la Lehendakaritza, y siempre en tono de despedida, dio un consejo: «El fin de la violencia abre una nueva etapa política, social y cívica en Euskadi y esta etapa será más fácil o más difícil si hay una dirección adecuada y el concurso sincero de todos los partidos en una política de unidad».

Después, en el momento que Zapatero esperaba con más ganas, el del encuentro con los cuadros del PSE, se empleó a fondo. Allí, veteranos políticos como Ramón Jáuregui, Rodolfo Ares, Txiki Benegas u Odón Elorza, mezclados con otros más jóvenes como Eduardo Madina, escucharon su felicitación por «haber cumplido». «Habéis sabido sufrir y soñar. Y ha ganado el sueño, el sueño de la libertad», afirmó ante una ovación cerrada que hizo olvidar que solo dos semanas antes estos mismos socialistas vascos estaban enfadados por el hecho de que Zapatero hubiese citado al líder del PNV, Íñigo Urkullu, en la Moncloa tras el anuncio de ETA en vez de llamar al lehendakari en ese momento tan especial.

Gran hazaña

Quizás por eso, y a modo de desagravio, el presidente del Gobierno se deshizo en halagos al PSE. «Ser socialista y vasco ha sido una gran hazaña, con resistencia, solidaridad y sufrimiento», dijo. Pero el discurso del jefe del Ejecutivo sonó a legado de viejo líder cansado que, tras enseñar el camino, deja a los suyos las riendas con la misión de completar el trabajo y de «cambiar la historia de Euskadi». «Ahora toca -añadió- trabajar más y sufrir menos» porque es la hora de «liderar» esta nueva etapa de «convivencia, confianza y afirmación».

Zapatero, que insistió en que se «siente vinculado a esta tierra más que a cualquier otra», pidió a los dirigentes del PSE que siguieran contando con él y reclamó ser «invitado a participar en esto». Pero las palabras de Patxi López, tanto en Ajuria Enea como en el almuerzo, sonaron más a despedida que a un 'hasta pronto'. A modo de último tributo, dio las gracias al presidente del Ejecutivo central por su «arriesgada» contribución para conseguir el fin de ETA, para luego subrayar que el País Vasco «debe mucho» a Zapatero, un «gran presidente y un amigo» para los vascos.

«Nos ha ayudado a traer la libertad y a vencer al terrorismo por la apuesta decidida, cuando muchos le insultaban y él lo arriesgó todo», explicó antes de volver a darles las «gracias de corazón».