Escenas de la guerra de la crisis

Las cifras del paro, hechas públicas el pasado jueves, vuelven a colocar a la provincia de Cádiz en la primacía de los brazos cruzados, una larga y nueva crisis que recuerda a las antiguas y cuyo rostro puede ser tan diverso como el de los trabajadores de Maderas Polanco y de Visteon que ven peligrar su sustento sin demasiadas posibilidades de reaccionar. Por no hablar de la vivienda: esta semana, un desahucio en Chiclana se saldaba con la dación en pago de la casa en litigio, pero quedan muchos otros casos pendientes. Mientras los bancos tendrán que acelerar la quita de su parque inmobiliario si quieren cumplir las directrices europeas, vecinos gaditanos de los Chinchorros se siguen negando a pasar por las horcas caudinas de la inmobiliaria que les exige un plus por los hogares prometidos años atrás. También hay extremos, como el caso del drogodependiente y el anciano ex militar detenidos en Chiclana por un atraco a un banco cuyo boletín se destinó a pagar facturas. O la detención final de Alejandro Dávila Ouviña por afanar del erario público y del plan Bahía Competitiva. Qué cosas.