EL PENÚLTIMO MOHICANO
Actualizado:Los guerrilleros tienen marchamo de eternidad, aquí en la tierra o en el infierno. O los pasaportan, o los eligen presidentes a perpetuidad. No hay término medio. Buscan ser narrados. «Un alma que no ha sido escrita es como si jamás hubiese existido», dice Eloy Martínez en su 'Santa Evita'.
Recuerdo todas las guerras modernas de aquellas queridas tierras. Nicaragua, precisamente, El Salvador... En tiempos de Alatriste, cuando todavía se luchaba por el honor y una idea romántica de la patria. Los filibusteros eran poetas y ponían su 'kalashnikov' al servicio de la causa de los pobres. Las revoluciones aún eran cruentas y desembocaban en largas guerras fratricidas. La rejuvenecedora baba de caracol no había llegado a los supermercados, pero era el rastro del Che Guevara que empapelaba nuestras buhardillas de estudiante. Personajes como el nicaragüense Ortega eran sombras rojas queridas por la gente humilde. Cuando su causa guerrillera se imponía, el poder engordaba a los líderes revolucionarios, que se aferraron a él como si siempre hubiese formado parte de su naturaleza libertaria. Se manifestaron como pequeños déspotas y adquirieron los usos y costumbres de los sátrapas que combatieron. Dos guerrilleros. Ortega se resiste y es posible que repita y a 'Alfonso Cano' lo han mandado a la leyenda. Todos tienen como dios al venezolano Chávez y el mismo diablo, EE UU.
El líder ideológico y militar de las FARC murió en una operación contra la guerrilla más vieja de Latinoamérica que lleva el sello de la CIA. El mismo que se cargó al jefe de Al-Qaida en el norte de África y estuvo a punto de acabar con Gadafi poco antes de que cayera en las fauces de sus hermanos sarracenos. Con 'Alfonso Cano' se consagra la técnica. Un espía infiltrado trasmite su posición y es bombardeado el convoy en el que huye o se desplaza.
Las FARC están de capa caída. Las tropas colombianas se han beneficiado de la 'inteligencia', tecnología y entrenamiento de EE UU. El golpe aéreo demuestra cómo se les puede atacar aunque se escondan en la jungla o lo más intrincado de las montañas. El paralelismo con ETA que estableció el presidente colombiano parece extraído del perfecto manual para acabar con el terrorismo. También ETA estaba intervenida, recibía entrenamiento de las FARC y ayuda de Chávez. También fueron cayendo sus cabecillas hasta el alto el fuego definitivo.
Un tremendo golpe a las FARC, que lleva en guerra con el Gobierno desde 1946. 'Alfonso Cano' era el 'número uno' desde la muerte del jefe militar 'Monojojoy', también en un bombardeo en septiembre del pasado año. El intelectual se hizo con el mando hace tres años, después de la muerte de su cofundador, Manuel Marulanda Vélez, alias 'Tirofijo'. El editor del periódico del partido comunista 'Voz' dijo de él que mientras otros comandantes hablaban de volar puentes, 'Cano' se sentaba a leer libros. La asociación de las FARC con el narcotráfico y sus criminales secuestros, como el de Ingrid Betancourt, arrastraron a la organización a su más profundo desprestigio en décadas. «Contra la fugacidad, la letra. Contra la muerte, el relato».