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Mariano Rajoy se despide de los asistentes al mitin de Leganés. :: EFE
PP

Rajoy aparca la euforia de las encuestas y se pone el mono mitinero

El líder de los populares reta a Rubalcaba a explicar por qué ha llevado a España «a esta situación de vergüenza»

ANTONIO MONTILLA
MADRID.Actualizado:

Las encuestas, incluso las que otorgan victorias tan incuestionables como la que el CIS atribuye al PP, pueden tener efectos adversos como la desmovilización de un electorado que ya se ve ganador. Una cuestión que preocupa tanto al PP como al candidato a la presidencia. Un desasosiego que Mariano Rajoy demostró a su manera, al eludir en sus intervenciones cualquier referencia a la bondad de los sondeos.

El líder del PP, pese a estar seguro del triunfo, huyó de la autocomplacencia y se puso ayer el mono mitienero, como si el partido hubiese comenzado cero a cero, para satisfacción de las más de 6.000 personas que asistieron al pabellón de deportes de Leganés (Madrid).

Mariano Rajoy inició su alocución, tras el capítulo de agradecimientos de rigor, arremetiendo contra el PSOE con una fuerza inusitada, al menos en el arranque de campaña. Retó a Alfredo Pérez Rubalcaba, que a esa misma hora participaba en un mitin con Felipe González y Alfonso Guerra, a que explicase a los ciudadanos por qué «ha traído a España a esta situación de vergüenza». El líder del PP, que siempre citó a los socialistas como los «otros», encuentra en el lema de campaña del PSOE ('Pelea por lo que quieres') un buen argumento para apuntalar sus reproches. «Hay quien ofrece y pide pelea, nosotros pensamos que España necesita unidad, que no necesita ni división ni pelea», espetó.

Pero en Leganés, Rajoy salpicó sus críticas con el aderezo del mitin sevillano del PSOE y lanzó un mensaje para intentar que la nostalgia no venza las dudas de los socialistas indecisos: «Hay quien mira al siglo XX y ahí se ha quedado; hay quien mira al pasado y se ha olvidado que estamos en 2011 con el único objetivo de acabar con el desempleo y atender los problemas de la gente».

El líder de los populares carga contra Rubalcaba y su equipo, pero abre las puertas del PP de par en par a los votantes socialistas para que se unan al proyecto popular. A su juicio, el país necesita moderación y un cambio político. «Nosotros solo nos peleamos contra la crisis y contra el paro», reiteró en lo que parece va a ser una de las principales idea-fuerza de los populares hasta el 20-N. Unos comicios a los que el PP quiere darle una connotación diferente, alejada del enfrentamiento clásico de los partidos. «Aquí se discute si vamos a seguir como hasta ahora o si vamos a ver la luz al final del túnel, que es lo que el PP ofrece a los españoles», sentenció.

Aguirre, disciplinada

La cita parecía, al menos de antemano, complicada, por la siempre imprevisible reacción de Esperanza Aguirre. La presidenta de los populares madrileños tal vez siga siendo un verso suelto en el futuro, pero ayer demostró que comulga con la ortodoxia de Rajoy. Dejó fuera de su repertorio asuntos que incomodan a ciertos sectores más conservadores del PP, como la lucha antiterrorista o el aborto, y ni siquiera hizo sangre (tampoco Rajoy) con las acusaciones sobre un presunto caso de corrupción que afecta al ministro José Blanco

Aguirre desplegó la quintaesencia de los teloneros y arengó al graderío para que recibiera a Rajoy al grito de «¡Tú sí que vales!». Aseguró, para júbilo de los presentes, que los españoles estaban cansados de las «mentiras que les han contado los Rubalqueros y Zapaltabas». Un juego de palabras con el que quiso incidir en que el aspirante socialista es corresponsable de las políticas de José Luis Rodríguez Zapatero.

Una imagen muy diferente a las que ambos ofrecieron en los días de vinagre y sal de la campaña de las generales de 2008, provocados por el veto de Aguirre a que Alberto Ruiz Gallardón diera el salto a la política nacional. Todo eso, insisten en el PP, ya es solo pasado.

Interpretar a Rajoy siempre encierra riesgos, pero en el mitin de Leganés pareció dar pistas inequívocas de posibles componentes de su primer Ejecutivo. Enfatizó que algunos de los hombres y mujeres que encabezan tras él la candidatura al Congreso por Madrid tienen «mucho futuro político, al menos en lo que de mí depende».

Y de su propia boca salieron los nombres de: Soraya Sáenz de Santamaría, Ana Mato, Alberto Ruiz Gallardón y Miguel Arias Cañete. «¿Quién da más?», se recreó el presidente de los populares.