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El delantero controla el esférico. :: RAMÓN GÓMEZ
Deportes

Un regreso sin gol

José Mari no disparó a puerta en los 90 minutos de partido, aunque provocó una pena máxima

BORJA FERNÁNDEZ bfernandez@lavozdigital.es
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El Xerez está falto de gol y tira de José Mari. El sevillano es la referencia en ataque, pero no puede servir de panacea para evitar los dolores del xerecismo. El delantero sevillano del Xerez regresaba al equipo titular después de haber gozado de minutos en el anterior duelo ante el Almería y lo hacía con ganas de volver a recordar cómo se celebraba un gol, aunque demasiado solo en este 4-3-3 que en ocasiones lo deja solo como en una isla. Y es que cuando la conexión entre el trivote (Capi-Rueda-Bruno) y las bandas (Israel-Pablo Redondo) no existe, el 23 del Xerez tiene que buscar, literalmente, la vida derrochando esfuerzo desde el primer minuto.

El centro del campo parecía un centro comercial en plenas rebajas y así no había manera de hilvanar jugada para que José Mari pudiera hacer daño. Además, las bandas no se ofrecían, los laterales no cruzaban el centro del campo y al delantero hispalense del Xerez no le llegaban los balones.

Por todo esto, ya en los minutos finales de la primera mitad no le quedaba más al ex de Villarreal, Atlético y Milán que salir a banda para al menos contactar con el esférico, algo que hizo en muy pocas ocasiones en estos primeros 45 minutos. Un primer tiempo en el que José Mari apenas existió, tocando el balón muy lejos de la zona de peligro y sin rematar a puerta, es decir, que a Djukic le salieron los planes bastante bien.

Como el centro del campo azulino directamente se ahogaba con la presión vallisoletana, Juan Merino decidió cambiar de sistema y pasar a un 4-4-2 con Tato como segunda punta. Fue entonces cuando José Mari comenzó a tener mayor participación, algo que el equipo agradeció ya que tuvo más el esférico.

No estaba tan solo en ataque el sevillano, apoyado por Rueda y Tato, pero sobre todo, bien asistido por Pablo Redondo y Capi, que tardó más de 50 minutos en ofrecer su juego sobre el prado. Eso sí, José Mari tardó prácticamente una hora en aparecer con peligro en el área rival, aunque incomprensiblemente el hispalense fue incapaz de rematar a gol. Pero iba a tener su momento y tirando de veteranía, el sevillano provocó un penalti que le dio el empate momentáneo al Xerez gracias al gol de Rueda.

Pero con el segundo tanto del Valladolid y la entrada de Íñigo Vélez el juego del equipo pasó a ser más directo, perdiendo posesión el Xerez y sin intervenir un José Mari que regresó, pero sin gol.