Thomas Wolfe y el poder de la memoria
Periférica recupera 'El niño perdido', una novela corta que habla del tiempo y los recuerdos
MADRID Actualizado: GuardarHe aquí un libro espléndido. 'El niño perdido' (Periférica), de Thomas Wolfe, es una de esas novelas de belleza conmovedora que dejan en el lector un recuerdo indeleble. Escrito con una prosa transparente, pulida como un diamante y un poder de evocación extraordinario, 'El niño perdido', habla del tiempo, la memoria y el sentimiento de pérdida. En pocas más de 90 páginas, Wolfe escribe un poema sobre la muerte con tanta sutileza y elegancia que al leer la última página uno no puede dejar de maravillarse por la verdad que encierra esta pequeña joya de la literatura.
'El niño perdido' es un prodigio de composición. Contada por cuatro voces narrativas distintas, relata la historia de un niño de doce años, Grover, que se distingue por una gravedad y madurez infrecuentes. Inspirada en la historia de su hermano, quien murió a la temprana edad de 12 años, 'El niño perdido' es una novela corta que luego se agrupó junto a otros relatos breves de Wolfe bajo el título de 'The Hills Beyond'. Corre el año 1904, en que se celebró en Saint Louis la Exposición Universal, y los Wolfe se han trasladado desde Ashville y han abierto un alojamiento para los vecinos de su ciudad natal que visitan la muestra. Con un argumento muy esquemático, Wolfe apela a la memoria y reconstruye una ciudad provinciana, con esas viejas tiendas magníficamente descritas en un primer capítulo perfecto, lleno de resonancias y recuerdos sensoriales.
Gracias a la excelente traducción de Juan Sebastián Cárdenas, el lector puede deducir por qué Thomas Wolfe es uno de los grandes de la literatura del siglo XX, cuya influencia fue reconocida por William Faulkner. Esta novela autobiográfica, que aborda el paso del tiempo y el momento en que el niño adquiere conciencia de su identidad, independiente de la familia, es un texto que Wolfe trabajó y reescribió con denuedo hasta lograr una 'nouvelle' de lenguaje depurado. Julián Rodríguez, editor de Periférica, ha revisado al menos cinco ediciones, dado que su autor introdujo cambios y prescindió de algún pasaje que consideraba superfluo.
Además de Faulkner, otros muchos escritores estadounidenses como Sinclair Lewis, John Steinbeck o Jack Kerouac se sintieron deudores de Wolfe y proclamaron su admiración hacia su obra. "Una de las máximas aspiraciones de cualquiera de nosotros sería llegar a escribir algo con la altura y la poesía de 'El niño perdido'", confesó Kerouac.
Tuberculosis
Thomas Clayton Wolfe tuvo una vida breve. Nació en Asheville en 1900 y murió en Baltimore a los 38 años, a causa de la tuberculosis. Pese a su corta existencia, alumbró obras que muchos inscriben en la llamada gran novela americana, con obras de renombre como 'El ángel que nos mira' (1929) o 'Del tiempo y el río' (1935). A estas dos les siguieron las novelas póstumas 'The Web and the Rock' (1939) y' 'You Can't Go Home Again' (1940).
Su último escrito es una carta emocionante a su editor, Maxwell Perkins, en la que el escritor reconoce la ayuda que le prestó para el desarrollo de su carrera literaria. Esta expresión de gratitud ya estaba reflejada, aunque enmascarada en la ficción, en el último capítulo de 'You Can't Go Home Again'.
No será esta una oportunidad aislada para disfrutar de la prosa lírica e impresionista de Wolfe. La editorial Periférica promete recuperar otros libros de Wolfe.